La historia de Ângela Ferreira se hizo viral. Ella logró que en Portugal sea legal la inseminación post-mortem.
María y Denisse llevan más de dos años esperando que su hija sea inscrita con sus dos apellidos.
Portugal ha abierto la puerta a la inseminación post-mortem tras la aprobación en el Parlamento a un proyecto de ley que ahora deberá ser sancionado por el presidente, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa.