Los bomberos colocaron tierra sobre los sitios que emanaban humo para evitar la reactivación de los incendios. Foto: Bolívar Velasco/ EL COMERCIO.
Una humareda en el cielo provocada por dos incendios forestales alertó a los habitantes del centro norte de Santo Domingo de los Tsáchilas, en el occidente del Ecuador.
La tarde de este jueves 17 de septiembre del 2015, el ECU 911 visualizó a través de sus cámaras la quema de maleza en el sector San Antonio del Toachi y en la vía a La Villegas.
El primer fuego se reportó en un predio de un cuarto de hectárea, donde un trabajador había incinerado las hojas y troncos secos de unos árboles que en días anteriores fueron talados.
Durante la quema, las llamas se salieron de control y se propagaron hacia otros terrenos del lugar donde había una gran cantidad de arbustos también erradicados.
El hombre señaló que eliminaba la maleza porque los dueños de la tierra querían sembrar pasto para alimentar su ganado.
El otro propósito era ahuyentar las culebras que hace unos días habían mordido a una vaca, que murió por efecto del veneno. Una motobomba del Cuerpo de Bomberos y agentes de la Policía Metropolitana acudieron al sitio para sofocar las llamas.
Tardaron casi una hora para apagar el fuego, que amenazaba con tomar proporciones debido a que en la ciudad caía un intenso sol y el viento soplaba con fuerza. Tras apagar las llamas, los uniformados echaron tierra sobre las fumarolas para evitar futuras reactivaciones.
El trabajador fue advertido por los policías metropolitanos sobre la prohibición de quemar maleza en sitios cercanos a la urbe. Le recordaron que existe una ordenanza que establece fuertes sanciones para quienes lo hagan.
En el lugar donde se produjo el segundo incendio forestal no se llamó la atención a nadie, ya que no se encontró a ninguna persona en el sitio. En el área solo se roció agua desde un vehículo del Cuerpo de Bomberos, lo que permitió que el fuego se apagara casi al instante.
El segundo comandante de los casacas rojas en Santo Domingo, Edwin Paucar, hizo un llamado a los habitantes para que en esta época del año eviten quemar matorrales y objetos cerca a sitios forestales.
Recordó que en siete provincias del Ecuador estos eventos han provocado severas afectaciones a la flora y fauna. Hasta el momento, 10 000 hectáreas de bosque se han perdido en esas quemas.