El estadounidense Rob Greenfield viaja mucho pidiendo aventones. A menudo lo hace, ya que no posee un automóvil. Es una de sus formas de reducir su impacto ambiental. La otra es más extrema: durante un año no ha comido nada que le haya costado dinero.
Comprometido con reducir su impacto ambiental, Rob Greenfield ha vivido durante un año sin comer nada que le haya costado dinero. El estadounidense se alimenta solo de lo que crece en su jardín, en los jardines vecinos, de lo que pesca o lo que encuentra muerto en la carretera. Video y Foto: AFP
Productos de alimentación de Ecuador, Honduras y Perú de la marca española Gaia&Coast se comercializarán a partir de septiembre de 2019 en España con un sistema de trazabilidad para conocer la huella social y ecológica de sus fabricantes y comprobar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Aunque le entre la duda, un perro de tamaño mediano produce una huella ambiental dos veces más (0,84 hectáreas) que un Toyota Land Cruiser (0,41 hectáreas). Así es, para medir cuánto contamina una mascota, Robert y Brenda Vale -de la Universidad de Wellington en Victoria (Nueva Zelanda)- analizaron cuántas hectáreas son necesarias para producir los ingredientes de diferentes marcas de alimentos para mascotas. Al igual que para el ser humano, el impacto ambiental de una mascota depende de su consumo.
La Escuela de Agricultura de la Región del Trópico (EARTH) de Costa Rica y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) premiaron hoy 16 proyectos latinoamericanos innovadores y amigables con el medio ambiente, que permitirán adaptarse al cambio climático.
La salud del Planeta no se puede tomar a la ligera. El reciente informe Planeta Vivo de la WWF revela que el descenso de la biodiversidad y el aumento del impacto de la actividad humana en los recursos naturales son cada vez más preocupantes. Ecuador no es ajeno al ser uno de los países más megadiversos.
El reciente informe Planeta Vivo de la WWF revela que el descenso de la biodiversidad y el aumento del impacto de la actividad humana en los recursos naturales.
La humanidad cada vez acelera el momento en que debe empezar a sobrevivir a crédito de los recursos naturales. Es por esto que es necesario modificar la utilización de éstos para poder vivir de una manera sustentable. Desde hábitos de comida hasta la forma de realizar ciertas actividades pueden contribuir a aplacar los daños hacia el medio ambiente.
Ir al supermercado, pararse frente a la percha y llenar el coche con las compras del mes impacta al clima y al uso de tierras del planeta. Todo lo que termina en la mesa causa, de alguna forma, una huella negativa al ambiente, que cada vez es mayor.