TIEMPO DE HOMENAJES

Una vieja práctica que parecía superada se reedita en tiempos de la llamada revolución ciudadana. Invitaciones, adhesiones y cocteles en hoteles de lujo para resaltar a altos personeros de la función pública. Los funcionarios públicos deben cumplir con las misiones encomendadas en sus altas responsabilidades, rendir cuentas a los entes de control, actuar con transparencia y honrar el encargo político que el servicio público demanda.

Esta semana el Ministro de Telecomunicaciones recibió un homenaje. Se hizo pública la convocatoria firmada por varios rectores de universidades ecuatorianas, lo cual no deja de sorprender. Asistieron, a más de sus amistades, una Ministra de Estado, el Secretario Jurídico de la Presidencia y el Presidente del Banco Central.

Justo en honor de este último hace poco se realizó un homenaje en el que también estuvo el Presidente, y dos dignatarios de funciones del Estado que se presumen independientes. Días antes varios ministros mostraban una suerte de solidaridad corporativa. Aludían a un respaldo ante las acusaciones que pesan contra el padre de Jorge Glas por la presunta violación de una menor y se explicó que el Secretario de Estado no tiene relación con su progenitor desde la niñez.

El mismo día del homenaje a Glas, la Federación de Abogados del Guayas realizaba un reconocimiento a la menor de edad, presunta víctima de violación, que fue con su bebé de siete meses en brazos. En otro escenario, algunas personas vinculadas con organizaciones de derechos humanos ofrecían un homenaje al ex juez español Baltasar Garzón, veedor de la reforma de la justicia ecuatoriana y de cuya tarea todavía debe rendir cuentas. Tiempo de ‘revolución’ y curiosos homenajes.

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