En un antiguo tubo de lava en Arabia Saudita, Asia Occidental, un grupo de investigadores halló una gran cantidad de huesos humanos y animales.
Al escuchar los gritos de terror que venían de afuera, médicos, enfermeros y pacientes empezaron a intercambiar miradas inquietas dentro del Hospital Estatal de Diwaniya. "¿Qué está pasando?", se preguntaban, cada vez más extrañados al sentir que los gritos se mezclaban con otros sonidos, que no provenían de personas.