Con un clima fresco, alegría entre sus habitantes y estrechas calles da la bienvenida Riochico. Una parroquia de Portoviejo, llena de historias.
En los portales de las viviendas de Jaramijó, las hamacas que cuelgan de las vigas se exhiben como un trofeo al esfuerzo y a las largas horas de labores en el mar.
Rosa Conforme recuerda a su abuela tejiendo. Cada mañana ella se sentaba a su lado y aprendía una labor que a sus 40 años aún conserva.
Soñar en peces significa abundancia, según la cosmovisión de los kichwas de Otavalo.Este ícono, que representa la silueta de un pez, es el sello de Aly Textiles, una empresa que se especializa en la fabricación de hamacas, manteles, cobijas, entre otros.
La hamaca, valiosa invención de los indígenas americanos, se convirtió, por arte de necesidad, en utensilio inseparable de la cultura mestiza y montuvia, en cama portátil que alivió la vida de conquistadores, ejércitos y campesinos.
La hamaca manabita ya no se teje con algodón, pita o cabuya ni se tiñe con tintes y anilinas. Ahora es de hilo de nailon y poliéster, aunque hay una tendencia a volver usar fibra vegetal.