Ojalá que la Tricolor se sacuda rápidamente del costal de excusas del que se ha recubierto para esta Copa América. Que no era penal. Que la cancha de práctica es fea. Que les espía el equipo femenino infantil de Colo-Colo y que eso les da penita. Que el dron sobre el Estadio Nacional les pone nerviosos. Que las lesiones no estaban previstas (¿qué jugador calcula la hora y el lugar de su lesión, ah?). Que Antonio, que es un loquillo, no les dijo a tiempo que pensaba sacarse los clavos. Que los anti-emelecistas molestan mucho. Que faltó tiempo…
Ecuador se apresta a intervenir en una nueva Copa América, torneo que ha sido históricamente una fuente de frustraciones para los tricolores. ¿Es posible revertir esto? Estas son cinco razones para pensar que esta vez la campaña de Ecuador será tan mala como siempre.
Han pasado 16 años desde que se descubrió el tinglado de Moisés Cuero en el Sudamericano Sub 17 y todavía no ha sido posible cortar ese abominable esquema que genera la adulteración de la edad de los jugadores juveniles.
Sebastián Abreu se ha ido. En estas deliciosas y rentables vacaciones que se ha tomado en Quito, el carismático uruguayo dejó amigos, repartió consejos, brindó muchas entrevistas y firmó autógrafos, tantos que la mano debe tenerla acalambrada. Todo muy lindo, muy chic. Lástima que esto no sirvió para nada, pues Aucas sigue exactamente igual a como lo encontró hace dos meses y medio: en el sótano.
Puede entenderse que Gustavo Quinteros carezca del mínimo de osadía para llamar a Norberto Araujo, un veterano que no puede ser vencido por tres juveniles en el campo de juego.
Parece que las próximas elecciones en Barcelona tendrán dos contrincantes peso pesado. En la esquina amarilla como el sol estará Luis Noboa, exponente del continuismo de su hermano Antonio, quien a su vez representa la segunda parte del marurismo, sobre todo en el énfasis del mercadeo y el rescate del ‘Ídolo’ como equipo protagónico.
La nueva y recurrente victoria de Liga de Quito sobre Barcelona merece una serie de reflexiones sobre los verdaderos grandes derrotados de este duelo: los Noboa. Los hermanos que capitanean el buque canario han sufrido cuatro derrotas muy concretas:
Barcelona no queda eliminado por culpa del árbitro que expulsó a Matías Oyola ni por el empate con Libertad. Queda fuera por perder de local ante Libertad y Atlético Nacional, aunque esas derrotas también tienen un fondo más grave que influyó en toda la campaña copera. Develémoslo:
La era de Gustavo Quinteros empieza con bemoles por algunos sucesos y por nombres en la primera nómina del argentino. De todos los temas polémicos (la 'primicia' de Claro, la ausencia de Arroyo, los dos arqueros extranjeros...), el más controversial es el marginamiento que sufre Joffre Guerrón.
Aucas necesita un artillero para evitar el descenso, pero prefiere dar prioridad a una bienintencionada jugada de marketing y traer al ‘Loco’ Abreu, antiguo crack que ahora tiene 38 años (sí, 38), quien ya ni siquiera pica los penales porque desea mantener intacta su leyenda de extravagante cobrador de penas máximas. Así que no esperen verlo cobrar un penalti a lo Panenka.
Cada cierto tiempo regresa un debate alimentado por la ignorancia, la mala fe (¡cuánta mala fe, compañeritos!) y la pereza. Y todo nace por creer que la FIFA solamente reconoce dos clásicos en Ecuador, el del Astillero y el Liga-Deportivo Quito. Esto merece unas puntualizaciones.
Han pasado cinco fechas, tiempo de hacer un corte y analizar a los clubes de Pichincha.
Barcelona ha empezado pésimo el año, tanto en la Serie A como en la Copa. Estas son las razones que tienen golpeado al ídolo del Astillero.
El Nacional, el glorioso bi-tri, el verdadero álter ego de Liga en la era del profesionalismo, el más ganador de Pichincha, comenzó el año peleando no por un nuevo título sino por no descender. ¡Qué horror! En tres fechas los rivales le han pasado por encima –sí, por encima-, y la última gran respuesta del entrenador ha sido… ¡tildar al juez de hitleriano! No, el nazismo no tiene nada que ver aquí ni como metáfora.
Los premios Bichito del Fútbol de este año han sido entregados. En líneas generales, se trata de una propuesta interesante y hasta necesaria, que se contrapone a la aburrida solemnidad que suelen tener los famosos trofeos de los círculos periodísticos o, peor aún, las asociaciones oficiales, con cocteles y frases hechas. El fútbol es fiesta y celebrarlo con discursos engominados es risible.
El entrenador de la Selección Nacional, Gustavo Quinteros, ha dado algunas entrevistas en las cuales, lamentablemente, dice poco y nada. Tomo la reciente que dio a El Comercio y despejo el humo, que abunda:
Sixto Vizuete se cayó como un Dhruv, de bruces y aparatosamente. Con algo de crueldad, el presidente de la Ecuafútbol anunció que no le dará la oportunidad de dirigir en la Copa América por el evidente papelón en el Sudamericano Sub 20.
En estos tiempos en que el buen humor es cuestionado por gente de hígado denso y delirios de persecución, constituye una excelente broma, un chiste de antología para hacer 'plop' como Condorito decir que el fútbol ecuatoriano está entre los 15 mejores del mundo.
La verdad es que ya no hay adjetivos para describir lo que pasó en el Congreso de la Ecuafútbol del viernes 9 de enero, pero sí se pueden sacar varias lecciones.
A estas alturas, solo un acontecimiento de impacto bíblico podrá alterar lo que todos saben pero que muchos se niegan a aceptar: Luis Chiribogaganará la reelección con mucha más comodidad de la esperada y seguirá al mando de la Ecuafútbol por otros cuatro larguísimos años.