En los últimos días, se ha activado el mensaje del Gobierno que estamos avanzando hacia el fin del estado burgués y, por ende, al fin de la burguesía, como clase dominante.
Los altibajos y las tensiones han caracterizado la relación entre Ecuador y Estados Unidos durante el Gobierno de Rafael Correa, pero, pese a los roces, la realidad parece demostrar que los vínculos son fuertes y su mantenimiento una necesidad para ambos países.
El poderoso jefe del Ejército tailandés, el general Prayuth Chan-ocha, amenazó hoy con una intervención de los militares si la violencia sigue escalando en el país, después de que desconocidos dispararan con una ametralladora contra un líder de los "Camisas Rojas", afines al gobierno. "Si la situación escala a un nivel insostenible, los militares no tendrán más elección que aportar una solución", dijo el general citado por la radio estatal MCOT. Poco antes, había entrado hoy en vigor el estado de excepción en la capital Bangkok y sus alrededores, que permite al gobierno prohibir manifestaciones, implementar toques de queda o limitar la libertad de medios, aunque hasta ahora no ha utilizado ninguna de estas opciones. "La orden tiene un fin disuasorio", dijo Sihasak Phuanggetkeow, un alto funcionario del Ministerio del Exterior. "No se empleará la violencia de ninguna manera, se pide la mayor moderación", añadió. El gobierno actos violentos durante las elecciones previstas para el 2 de f
Los que creen que los gobiernos pueden hacer los grandes cambios están equivocados no solo porque la tarea es imposible sino porque quienes esperan eso en realidad lo que ambicionan de manera personal es que el Gobierno haga que las cosas mínimas funcionen. Lo que determina el éxito o el fracaso en la gestión de los gobernantes es responder a las demandas de funcionalidad de una sociedad que con el paso del tiempo se acostumbra a que las pequeñas cosas anden de verdad. Esta introducción viene a cuento de la grave crisis que presupone para un Gobierno como el de Venezuela que su población pague 4 veces por el papel higiénico que en cualquier otra ciudad de América Latina y, aun peor cuando esa misma sociedad comienza a interpelarse como es posible que un país inundado de ingresos por los buenos precios del petróleo, acumule una cuantiosa deuda externa y una extraordinaria ineficacia y corrupción en la gestión de gobierno. Los pueblos dicen anhelar las grandes transformaciones cuando en
Los ingresos económicos que genera el petróleo, la minería o los beneficios de los 'commodities' han facilitado a gobiernos de distintos signos ideológicos mantener subsidios que tienen un objetivo social pero no solucionan lo de fondo: generar fuentes de empleo.
La edad dorada del liberalismo económico se extendió en Occidente desde el despegue de la Revolución Industrial hasta fines del siglo XIX. Eran tiempos de "laissez faire" en que emprendimientos y mercados se desarrollaron casi sin intervención de los gobiernos y los resultados económicos se dejaban al azar. Durante este tiempo, rudimentarias economías feudales se transformaron en complejas economías capitalistas y generaron una riqueza material hasta entonces desconocida.
"El objetivo de varios regímenes es controlar el imaginario social y contar la realidad según les parece", dice el cronista argentino Martín Caparrós.