A pesar del bloqueo, Gaza desarrolla aplicaciones para todo el planeta

El emprendimiento gazatí Unit One ofrece empleo a varias jóvenes palestinas en el desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles.. Foto: AFP.

El emprendimiento gazatí Unit One ofrece empleo a varias jóvenes palestinas en el desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles.. Foto: AFP.

El emprendimiento gazatí Unit One ofrece empleo a varias jóvenes palestinas en el desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles.. Foto: AFP.

Son decenas tecleando, examinando datos, codificando. Nada distinto de lo que hace el resto de informáticos, salvo que estos trabajan en una pequeña empresa en la Franja de Gaza, donde, pese al bloqueo israelí, desarrollan aplicaciones móviles que venden a medio planeta.

“Aquí abrimos una brecha en el bloqueo y mostramos que los gazatíes son capaces de hacer grandes cosas”, afirma entusiasmado Saady Lozon, cofundador de Unit One, pequeña empresa que comienza a crecer.

En 2005 montó, junto a otro ingeniero informático, “una pequeña start-up, en una sala minúscula” de la Franja de Gaza, donde, como en el resto de territorios ocupados, no existe red de 3G palestina.

Diez años más tarde, emplean a un centenar de trabajadores, la mayoría mujeres jóvenes, y han logrado contratos para desarrollar programas informáticos y aplicaciones para ‘smartphones’ en el Golfo y en Europa.

Comercio, no ayudas

“En Gaza no tenemos petróleo ni gas, pero tenemos recursos humanos: muchísimos jóvenes que solo esperan una oportunidad”, asegura Saady mientras deambula entre las filas de jóvenes que introducen datos en los ordenadores.

Reclutar mujeres es “una responsabilidad social”, asegura el empresario. Y el próximo objetivo que se ha fijado es contratar a personas discapacitadas. En efecto, las tres ofensivas israelíes en Gaza en los últimos seis años han dejado muchas personas amputadas.

Pero “Gaza no es solo guerra, sangre y bombas”, insiste Saady. “Los gazatíes quieren comercio, no recibir ayuda humanitaria”. La prueba para él es que, al lanzar una convocatoria para diez puestos, recibieron respuestas de “400 candidatos”.

Poco después, una joven entra por la puerta, aconsejada por su universidad. Con 21 años, Sadin al Ayubi obtendrá su diploma en pocos meses, pero prefiere adelantarse para escapar al desempleo que sufren dos tercios de la juventud gazatí.

“La mayoría de jóvenes son diplomados, pero nunca encuentran un trabajo”, dice esta palestina.

Para Lina, de 23 años y tres trabajando en Unit One, la culpa es de “la situación política y económica”, en referencia al bloqueo israelí y a las guerras que se suceden en este enclave en manos del movimiento islamista Hamas.

La última ofensiva israelí el pasado verano doblegó la economía de la Franja, ya de por sí la más inestable del mundo según el Banco Mundial, y que cayó un 15% en 2014.

Cerca de 130 empresas y talleres fueron arrasados durante la operación “Margen Protector”, según la Federación Palestina de la Industria.

Salir gracias a Internet

Para Choruq al Mughrabi, una joven colega de Lina, es difícil “sobre todo para las chicas”, en una sociedad donde las mujeres solo representan el 20% de la población activa.

En la sala de al lado, Mohamed el Bana, de 27 años, desarrolla programas informáticos. Atrapado en el enclave, como 1,8 millones más de palestinos - bloqueados al norte por los puestos de control de los israelíes y al sur, por la frontera con Egipto cerrada por El Cairo-, se interesó por Internet, ya que “es el único canal que los judíos no pueden cortarnos”.

En Unit One, el contacto con el exterior nunca se ha visto interrumpido, pero la electricidad se corta todos los días durante varias horas. Por ello, han debido invertir en un sólido equipo de baterías y generadores para terminar a tiempo los pedidos.

“Incluso durante la guerra, seguimos trabajando ciertos días”, asegura Saady. Es su forma de tranquilizar a los clientes, “en ocasiones reticentes ante la idea de firmar contratos con una empresa en un territorio en guerra”.

Clientes a los que nunca ha encontrado en persona o a los que solo ha visto, alguna vez, a través de Skype.

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