El fútbol ecuatoriano

El fútbol en el mundo ha desbordado los niveles racionales y éticos para convertirse en un gran negocio, que en su mayoría es administrado por personas poco escrupulosas enquistadas por años en este quehacer. Los últimos pases de jugadores, los sueldos exorbitantes, las mafias que se han desenmascarado en los países, nos hacen pensar que el Ecuador no debe ser la excepción. Considero que las asociaciones de fútbol que no tienen ni un solo equipo profesional, no deben tener cabida en las decisiones de la FEF, deben tener voz, no voto.

Los aportes que los equipos de Primera hacen a la FEF, no sé si el Estado, debe ser transparentado por quienes viajan como reyes con ese recurso. Tercero la FEF debe preocuparse de generar modelos que permitan el desarrollo de los equipos para que sean más competitivos y no solamente vivir en épocas de convocatorias. Cuando hay transparencia, como lo dice el Presidente de la FEF, no se debe temer a los requerimientos de los dueños del circo. Los mandantes son los equipos de Primera, y quienes los sustentan son los aficionados que día a día asisten a ver pésimos espectáculos. Es hora de emprender una nueva era, siempre y cuando no se compren votos ni conciencias.  

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