Las cartas llevan mensajes, transmiten sentimientos, expresan aspiraciones y hacen llamados y proclamas. En 1943, Benjamín Carrión recopiló en un libro lo que él llamó “Cartas al Ecuador” tras la derrota frente al Perú en 1941-42 cuando el país estaba arrasado física y sobre todo moralmente. Explicó que su obra contenía “simples reflexiones de leal patriotismo” y llamó a que “insurjamos contra este engaño al pueblo ecuatoriano ingenuo, confiado, pero no imbécil”, y que “el imperativo de la hora es hablar alto, patriótico y firme” contra las falacias y a favor de la verdad. Invocó a la resurrección del país a “emprender, como en toda edificación nueva la limpieza de escombros y basuras, encontrar tierra firme para sentar las bases y el cimiento de la nueva patria”.
El flamante Canciller, Embajador Luis Gallegos, ha planteado cuatro ejes para su gestión. Alentar la cooperación internacional y la integración regional para promover el desarrollo y hacer frente a la pandemia del covid-19 que tanto daño ha causado a la población ecuatoriana y a su economía. Impulsar las relaciones bilaterales con una visión concentrada en el comercio y las inversiones con los Estados Unidos, la Unión Europea y los países vecinos. Sobre China afirmó que espera afianzar la alianza estratégica y que para ello se interesará en el ingreso a la Alianza del Pacífico. El tercer eje es el multilateralismo particularmente relacionado con los organismos financieros para atender la situación económica del país cuya situación es crítica. El cuarto eje, ha dicho Gallegos, es el de los derechos humanos y el del bienestar de los ecuatorianos migrantes cuya responsabilidad es de la Cancillería.
Casi sin darnos cuenta, desapercibida, el 8 de julio se realizó, por vía virtual, una anodina Cumbre Presidencial Andina. La situación geopolítica de los países miembros de la CAN actualmente es lamentable, al extremo de que una reunión de jefes de Estado resultó intrascendente y hasta diría patética por sus actores, sus compromisos y sus resultados. La propia organización se halla en un penoso estado. Quedan aún en la CAN: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela y su participación en la organización no suscita el menor entusiasmo.
Un gran conglomerado farmacéutico alemán que adquirió la compañía americana Monsanto, anunció la semana pasada que pagará la bicoca de USD 10.900 millones a un grupo de demandantes estadounidenses que acusan a esta última empresa, productora del herbicida glifosato (roundup), de haberles causado cáncer como resultado de haber estado expuestos a ese producto. Esta suma permitirá cubrir al 75% de los demandantes y aun faltarían 30 mil casos por resolver.
Doble sorpresa para la región la que acaba de dar el gobierno del presidente Trump en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El martes pasado el Departamento del Tesoro anunció la nominación de Mauricio Claver Carone, abogado nacido en la Florida de raíces cubanas, como candidato de Estados Unidos a la presidencia de esa institución cuyo cambio de titular se dará en septiembre. Primera vez que algo así sucedía desde su nacimiento.
El presidente Moreno anunció la semana pasada la creación de un consejo asesor de política económica presidido por el ministro Richard Martínez y conformado por los economistas Fausto Ortiz y Augusto de la Torre. Incluyó también a Pablo Lucio Paredes quien pocas horas después anunció que hubo un “malentendido” y que él no era parte del consejo. No cabe duda que en una coyuntura tan compleja para la economía del Ecuador que la asesoría desinteresada, se ha dicho que los miembros de este consejo actúan con carácter ad honorem, de destacados especialistas es no solo positiva sino necesaria. En esta columna he sostenido la necesidad de que el Gobierno busque no solamente la unidad de los ecuatorianos sino el aporte de personas conocedoras y representativas de diferentes ámbitos para superar esta gravísima crisis. Enhorabuena por esta decisión.
Ecuador atraviesa probablemente la más grave crisis de su historia.
Las relaciones internacionales han sufrido un gran impacto como consecuencia de la pandemia del corona virus y, su consecuencia, la agudización de la crisis económica mundial. Pero han sido particularmente las organizaciones multilaterales globales y regionales las más afectadas en sus actividades y en su relacionamiento con sus países miembros.
El poder hace perder la perspectiva de su significado a quien lo ejerce. El Jefe de Estado, sus cercanos subordinados creen que el poder es para siempre y no piensan que tienen que algún momento rendir cuentas ante el pueblo y ante la historia de lo que han hecho o dejado hacer. Creen ser eternos. Muchos suponen tener atributos mesiánicos y ser salvadores del destino de un país. Están seducidos y obsesionados por el poder y no pueden dejar de demostrar que son poseedores de él; no se plantean siquiera la idea de perderlo. El poder es una droga y solo los políticos íntegros están conscientes de su carácter finito y de la importancia de saber retirarse a tiempo.
Es prematuro afirmar con certeza, por la gravísima crisis por la que atraviesa el Ecuador, en particular desde febrero pasado con la pandemia del covid 19 y desde años atrás por la situación económica, pero nuestro país corre riesgos que van más allá de lo económico, político y social y se adentra en la esfera de su propia existencia o al menos en la de un estado fallido.
No me dejo llevar por algunas poco sustentadas y a veces amargas opiniones contenidas en artículos y declaraciones de distinguidos –no todos- articulistas y personalidades guayaquileños que reclaman por el centralismo que aducen prima en muchos ámbitos de la administración pública, algunas veces con razón, para hacer frente en este caso a la pandemia del covid 19 que se ha ensañado con el Puerto Principal y la provincia del Guayas. Dicen, que no se le ha dado el cuidado que la situación exigía. Yo me sumo a esas demandas y afirmo con convicción y franqueza: todos los esfuerzos del Gobierno tienen que orientarse con prioridad a Guayaquil.
Al cumplirse un mes de que usted dejara la embajada del Ecuador en Washington, tras haberla dirigido durante dos años, ¿cómo evalúa su gestión? El presidente Lenín Moreno me propuso ser embajador en estados Unidos cuando ya no pertenecía al Servicio Exterior. Había dejado de ser embajador de carrera cuando renuncié, hace más de 12 años, a mi condición de Representante Permanente en la ONU, por desavenencias con la política exterior del Gobierno de Correa. Al aceptar la propuesta pasé a ser parte de la cuota política. Me encontraba, en esa época, dedicado a actividades privadas, especialmente académicas. Supongo que el Presidente creyó que podría ser un aporte al país y yo acepté.
Los alcances del acuerdo de cooperación para vigilancia aeromarítima entre Ecuador y Estados Unidos serán investigados por la Asamblea. Mientras, el Gobierno espera el beneplácito de Washington para enviar a un nuevo embajador.
Una nueva versión sobre la salida del ahora exembajador de Ecuador en Estados Unidos, Francisco Carrión, se conoció la mañana de hoy, miércoles 8 de enero del 2020.
El exembajador de Ecuador en EE.UU., Francisco Carrión Mena, aseguró este martes 7 de enero del 2020, que renunció a su cargo ayer, por estar en “desacuerdo con el programa de vuelos de vigilancia aeromarítima que ha venido realizándose sobre territorio ecuatoriano desde septiembre de 2018”.
El embajador de Ecuador en EE.UU., Francisco Carrión Mena, confirmo a este Diario hoy, martes 7 de enero del 2020, que renunció a su cargo luego de haber cumplido dos años en esa importante posición diplomática.
El nombre del actual embajador de Ecuador en EE.UU. Francisco Carrión, sería considerado por el Gobierno para terciar en la elección de Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Francisco Carrión M. Embajador de Ecuador en EE.UU.
Francisco Carrión regresa al servicio exterior ecuatoriano tras ocho años. Aunque su designación como embajador en Estados Unidos no se ha hecho oficial con un decreto, el beneplácito del Gobierno norteamericano ratifica su nombramiento.
El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, ha cometido otro nuevo e inexplicable error en su ya larga lista de meteduras de pata que contribuyen a deteriorar aún más a esa decadente organización.