En mi anterior artículo utilicé la expresión parteaguas para definir el cambio que se está produciendo en el Ecuador con la llegada al poder de Guillermo Lasso. Dije que el ambiente era otro, inclusive antes de su posesión, respecto al de los dos gobiernos anteriores en los cuales se había roto la institucionalidad, violado los derechos humanos y consolidado el autoritarismo.
Ganó Lasso y más de la mitad de los ecuatorianos estamos aliviados y muchos hasta entusiasmados. Hay que decirlo, el triunfo de Guillermo Lasso es un parteaguas en la reciente historia del Ecuador. Los tres lustros de Correa y Moreno marcaron una época dolorosa y vergonzosa. Campearon el autoritarismo, el irrespeto a los derechos humanos, torpezas en la gestión pública, una política internacional inútil y torpe y una corrupción como nunca se había visto. Ahora esperamos un Ecuador distinto.
En un país con instituciones sólidas y políticas públicas consistentes, no es o no sería difícil reflexionar sobre la política exterior antes de unas elecciones generales como las nuestras. No debería ser un tema excesivamente polémico en tanto debe considerarse como de Estado por encima de ideologías y partidos y orientado exclusivamente a defender y promover los intereses nacionales que son los de todos los ecuatorianos. Los candidatos deberían coincidir en ese objetivo esencial y no pensar en beneficiar en un sector social o económico ni tampoco político.
Hemos llegado a unos extremos inimaginables de desgobierno que en dos meses no se pueden corregir, pero si al menos evitar que se profundicen. Para empezar, ídolos de barro, y otros ni eso, han descendido bruscamente a la deshonra. En mi último artículo hablé de la farsa en que había caído el Ecuador. En pocos días ha vuelto a caer, esta vez en la vergüenza. Periodistas prestantes, cuya integridad no se cuestionaba, comprados a punta de vacunas privilegiadas. ¿Cómo podrán ser objetivos en sus comentarios respecto del Gobierno que les ofreció la vacuna salvadora antes que el personal sanitario -médicos, enfermeras, camilleros, personal de limpieza- que si se juega la vida todos los días frente al covid 19? Y junto a los periodistas otros ciudadanos igualmente sumisos a los favores del poder al que parece sirven.
No me cansaré en afirmar que las relaciones entre los estados y organizaciones internacionales se basan en los intereses de las partes y no en afinidades político-ideológicas y menos aún en amiguismos personales que enceguecen las conveniencias de sus pueblos.
Según cifras publicadas por Fedexpor, esto es del sector privado y no oficiales del Gobierno, las exportaciones no petroleras ecuatorianas rompieron un récord de crecimiento en el año 2020, el de la pandemia y de la crisis económica. Dice Fedexpor que tuvieron un incremento del 10%, que no habían tenido desde hace siete años, llegando a un monto de USD 14. 876 millones. Este sector incluye a todos los productos tradicionales y no tradicionales excluyendo, el petróleo.
Sí, el bisturí del presidente Moreno contra la corrupción resultó bronco e inútil. En un magnífico informe en la Sección Seguridad y Justicia de este Diario, en su edición del 5 de febrero en curso, elaborado por la redactora Sara Ortiz, se da a conocer con detalle el rotundo fracaso de la Comisión Internacional contra la Corrupción que el Jefe de Estado dispuso crear para extraer este cáncer de nuestra política y de nuestra sociedad que venía acarreando desde el gobierno de su antecesor.
La magia de la tecnología comunicacional del internet y el interés en que vivimos por la política en estos días, que es dura, ofensiva, tosca entre adversarios políticos, me llevó a explorar en el pasado de nuestra cercana historia episodios que marcaron las campañas electorales en el Ecuador.
“…ni se lo lleva la corriente”. Me han sorprendido gratamente las declaraciones del presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, José Antonio Camposano, a este Diario la semana pasada, en las que pone de relieve la actitud proactiva y positiva del sector que representa frente a la crisis global y multidimensional que vivimos en el Ecuador y en el mundo.
Son más de tres décadas durante las cuales China creció de una forma sorprendente. Las reformas económicas y políticas impuestas por Deng Xiaoping, que se propusieron modernizar el modelo económico exportador de su país, han llevado al gigante asiático a desafiar la estructura del poder mundial y en particular el poder hegemónico de EE.UU.
América Latina atraviesa por una grave crisis en sus procesos de regionalización e integración que desde mediados del siglo pasado hasta la última década, unos se habían consolidado y otros estaban en vías de hacerlo. Lamentable que esto ocurra cuando es más necesaria que nunca la unión y vigencia en bloques de países que necesitan relacionarse con grandes potencias o grupos de países más avanzados para enfrentar de manera efectiva los complejos problemas de este mundo globalizado.
El concepto de soberanía ha sido muy manoseado por teorías, autores, legisladores y políticos. La soberanía es uno de los cuatro componentes básicos de un Estado junto con el territorio, el pueblo y el poder político. Es “la autoridad suprema del poder público que reside en el pueblo y que se ejerce por medio de sus órganos constitucionales”.
“En la buena dirección. Si, lo ocurrido en Washington la semana pasada es positivo para las relaciones con EE.UU. En ese lapso se realizaron tres eventos que son parte de un largo proceso de normalización de las relaciones bilaterales que se inició a fines de 2017.
La política exterior es una política de Estado. Sus objetivos son exclusivamente defender y promover los intereses nacionales; se fundamenta en los principios del derecho internacional (recogidos en la Carta de las Naciones Unidas) y diseña estrategias (integración, universalización de relaciones bilaterales, participación en foros internacionales, entre otras) para alcanzarlos.
Las Naciones Unidas han ido perdiendo eficacia en lo que fue el motivo de su creación hace ya 75 años: el mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo. Cierto es que podría decirse que desde que existe la Organización no ha habido un tercer conflicto mundial convencional, pero la innumerable serie de guerras regionales o bilaterales por razones territoriales, religiosas o étnicas no ha podido ser evitada y siguen muriendo seres humanos por la violencia.
¡Quién lo hubiera dicho! En los años 80 y 90 el FMI era el ogro al que el Ecuador acudía con frecuencia, temeroso y sumiso, a pedir recursos para ajustar las cuentas fiscales que no cuadraban siempre condicionado a someter al país a políticas insensibles que imponían al pueblo a una penosa explotación. Resultaba bochornoso como misiones del FMI venían a Quito a “darnos redactando” las famosas y humillantes cartas de intención.
Quizás nado contra corriente en esta época en que hay un giro político en la región en que no se cree en el multilateralismo y si en los nacionalismos egoístas, que se impulsan los intereses individuales y no compartidos ni solidarios, se promulgan fórmulas bilaterales y no multilaterales; pero yo sí creo en la integración, al menos para un país como el nuestro, que une naciones con un fin de beneficio común a pesar de que tengan gobiernos de signos políticos distintos, ya que esa es la democracia.
El empeño de destruir el sistema interamericano continúa. Y eso es malo para la región, para nuestro país y, paradójicamente, también para Estados Unidos que parecería ser el promotor. Después de que el presidente Trump, rompiendo un acuerdo de caballeros vigente por más de sesenta años por el cual el BID tendría siempre a un latinoamericano como su presidente ejecutivo y un estadounidense como vicepresidente y, además, la sede estaría en Washington, propuso al abogado Mauricio Claver Carone, su incondicional y del ala más radical, como candidato para ocupar la primera posición del Banco, ahora hay la torcida voluntad del Secretario de la OEA, Luis Almagro, de no renovar el contrato del Secretario de la CIDH, Paulo Abrao, reelegido por unanimidad en enero pasado. Lo que le corresponde a Almagro es dar paso a un trámite administrativo sin inmiscuirse en la decisión de la Comisión. No tiene ninguna atribución para cambiar lo decidido por la CIDH, a pesar de las denuncias contra Abrao, qu
Lo escucho y lo veo y no lo puedo creer. El ministro de Salud Pública (MSP) afirmó ante la pertinente Comisión de la Asamblea Nacional, el 12 de agosto pasado, “que no puede decir cuándo se pagará al personal médico”, enfermeras, camilleros, administrativos y de limpieza que combaten las enfermedades y se entregan con esfuerzo y dedicación a mantener con vida a decenas de miles de ecuatorianos afectados por el covid -19 poniendo en juego la suya propia. Añade el ministro Zevallos: “Como MSP hemos proporcionado todos los documentos y cumplido todos los requisitos burocráticos para que el ministerio de Economía y Finanzas (MEF) haga la transferencia de los fondos”, pero hasta ese momento no lo había hecho.
Las actividades de pesca de una flota de barcos asiáticos, especialmente chinos, en aguas internacionales aledañas a la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del Ecuador, en un corredor que se crea entre el límite de las aguas cercanas al continente y el que corresponde a las aguas de las Islas Galápagos, han generado un incidente diplomático con Beiging. Hay que aclarar que el país ribereño, en este caso el Ecuador, es propietario de las riquezas marinas que se encuentran en el agua, el suelo y el subsuelo en las 188 millas de la ZEE. Las doce restantes, hasta cumplir las 200, son mar territorial.