El escenario es lo de menos y el frío de la noche queda en segundo plano. La ilusión por sobresalir como danzantes les motiva a ensayar en los barrios y parroquias de Cuenca. Los grupos integrados por niños, jóvenes y adultos se expanden en los cantones azuayos.
‘Kichwa: Ecuador más allá del Sol’ es un espectáculo que fusiona el baile contemporáneo con el folclórico. Entre bailarines y cantantes, unas 35 personas suben al escenario para representar desde la concepción andina de la creación del universo hasta las conocidas danzas, como la de Pujilí.
El grupo de danza Chola Cuencana es fotografiado, aplaudido y admirado en sus presentaciones en las 21 parroquias rurales. Está integrado por sus cholitas y excholitas.
En la parroquia cuencana de Ricaurte se realizó ayer (24 de julio de 2016) el primer Festival Interparroquial de Danza Folclórica denominada Mi raza, mi color. Esta actividad fue parte de los festejos al Señor de la Buena Esperanza, patrono de este sector rural. La fiesta empezó el sábado pasado (23 de julio) con juegos tradicionales, una feria artesanal-gastronómica, serenata a la imagen religiosa, un programa artístico y baile popular. Ayer, en cambio, se efectuó el sancocho más grande y desde las 14:00 se presentaron grupos folclóricos cuencanos. Este último acto lo organizan el Grupo de Danza Chola Cuencana y el Consorcio de Parroquias Rurales de Cuenca como aporte cultural. Se realizó en el parque Buena Esperanza. También, se presentaron artistas locales de música nacional. Los participantes son grupos de danzas de las distintas parroquias que participaron por premios económicos de USD 100, 200 y 300. Fueron 10 agrupaciones inscritas. La competencia se centró en el mejor vestuario
Del vals clásico a la polca de origen checo y al zapateo de herencia andaluza. Los bailes del folclor costeño se apropian del legado europeo para devolverlo a la escena con un sello festivo y criollo. También recrean estampas cotidianas o proponen nuevas alegorías en torno al pueblo montuvio.
La noche de este miércoles 25 de mayo de 2016 se inicia en Cuenca el segundo Festival de Charangos de América, en el teatro Carlos Cueva Tamariz, de la Universidad de Cuenca.
A diferencia de otros grupos de música folclórica de Riobamba, Inti Wasi no incluye canciones bolivianas en su repertorio. Ellos entonan ritmos como cachullapis, saltashpas, capishcas y sanjuanitos, arreglados y estilizados.
Para las culturas indígenas, los arrullos (foto), el Anent shuar o los cantos catárticos son expresiones musicales que evidencian la ritualidad de los pueblos.
El grupo cuencano Yawarkanchik representa al Ecuador en el Festival Internacional de danza folclórica Los Colores del Mundo, que finalizará el 12 de este mes, en la ciudad mexicana de Jalisco. 17 integrantes viajaron para mostrar un repertorio de danzas y música del sur del país.
Con el descenso de los turistas de las enormes embarcaciones se desata una verdadera fiesta en los muelles del Puerto Marítimo de Guayaquil.
Ocho talentosos jóvenes integran la agrupación Ensamble Infanto Juvenil Esmeraldas, que prepara nuevos conciertos de música clásica y tradicional en los mejores teatros del país. El proyecto fusiona instrumentos de cuerda: viola, violín, violonchelo y contrabajo, con marimba, cununos, bombos y guazá, instrumentos tradicionales afro.
Con guitarras, charangos, bandolinas y zampoñas, la agrupación otavaleña Charijayac dará un recorrido por sus más de tres décadas de vida musical este sábado, con un concierto en Machachi, el primero de su gira ‘Carácter Noble Tour’. Esta reconocida banda está de regreso en el país para acabar de grabar su nuevo material discográfico, que aún no tiene nombre, y para deleitar a sus fans con su popular folcor andino.
Un bombo marca el ritmo de una melodía alegre que se entona con violines, acordeones e instrumentos de viento, como la flauta y la quena. Chaspishka, así se denomina la música tradicional de la cultura de los Saraguro, un pueblo de la nacionalidad Kichwa.
Las tradiciones de la cultura chola y de la montuvia estuvieron en contacto la mañana de este miércoles 4 de noviembre de 2015 en el Cementerio Patrimonial de Guayaquil, donde una mesa de difuntos peninsular alternó con décimas de los campesinos de la Costa.
El sistema sojukay mezcla danzas folclóricas y técnicas de defensa. Es un arte marcial reconocido por el Ministerio del Deporte y en sus presentaciones se utiliza música tradicional ecuatoriana.
Con la folclorización se vuelve estereotipo una expresión cultural o modo de ser y se limita otras expresiones culturales. Se reduce la cultura a ese folclor. Pero los humanos creamos cultura con objetos, maneras de enfrentar los desafíos, de relacionarnos o en tantas expresiones de nuestra vida colectiva, a más de la pintura, literatura, música, etc.
Hace dos años, Carlos Mites y Marlon Freire, dos ambateños radicados en Barcelona, España, crearon el grupo musical Munaj folclor. A ellos se unieron cinco instrumentistas bolivianos con quienes comparten escenarios y giras.
Dejar de copiar y de realizar simples proyecciones estéticas de lo folclórico para asumir esa cultura como propia y comenzar a crear nuevas propuestas. Ese es el reto de la tradición montuvia en la danza, la música y el teatro ; en los amorfinos y el contrapunto, según concluyó el músico Schubert Ganchozo, que participó el fin de semana pasado en el primer Festival de Artes Escénicas de la Oralidad Manabita, organizado por la Casa de la Cultura con sede en Portoviejo.
La Casa de la Danza. Así se promociona en un letrero de la parte frontal de un negocio ubicado en la calle Pedro Moncayo y Colón, pleno centro popular y comercial de Guayaquil.
Ana Cachimuel e Ixca Nazim Flores, integrantes de Yarina de Ecuador explican los conceptos y filosofías que inspiran su música.