Las FF.AA. en el 2014

Una vez que estalló la paz con el Perú, resignados pero no contentos vino un suspiro de alivio. Nuestras Fuerzas Armadas (FF.AA.) habían cumplido y con dignidad el problema limítrofe paso a ser de responsabilidad de quienes manejaban los hilos de la Diplomacia, cumpliéndose así, en parte, la sentencia de Mons. González Suárez.

Pronto se vio que el Plan Colombia lograba uno de sus objetivos: empujarles a las FARC hacia el sur con el fin de involucrarnos. Se había llegado al extremo que en territorio ecuatoriano, uno de los comandantes revolucionarios, Reyes, tenía una base de seguridad, en Angostura. Fue localizado por la CIA y aquella base fue hecha polvo con armas norteamericanas y el visto bueno de Uribe, presidente colombiano. Con este atentado a nuestra soberanía, se nos demostró que para nada contaban los lazos fraternos, éramos vulnerables y teníamos que movilizar nuestras tropas a la frontera con Colombia. Es así como debimos incrementar nuestros efectivos y adquirir equipos sofisticados de detección. Por lo que se tiene entendido, los soldaditos ecuatorianos han cumplido con su deber: duros golpes a las FARC cuando intentaban invadirnos, es decir, defensa del territorio y respeto a nuestra soberanía.

Ahora resulta que el Gobierno colombiano, las FARC y el FLN están por firmar la paz, y antes de que tal portento acontezca vientos de fronda se ciernen sobre nuestras FF.AA. Oficiales y tropa, voluntariamente y mejor pagados pasarían a formar parte de otros organismos como la Unidad de Vigilancia Aduanera, Comisión de Tránsito del Ecuador, Guías Penitenciarios y Guardia Forestal.

Tal posibilidad no es producto de un estudio realizado por el Comando Conjunto de nuestras FF.AA., ya por propia iniciativa o por insinuación del señor Presidente, como era lo lógico si se acepta que los militares si están en capacidad de pensar y cuando sea del caso opinar en representación de la institución.

Por mi parte, en esta misma columna (ver hemeroteca de EL COMERCIO), he sostenido que la defensa del patrimonio nacional tiene dos frentes: las fronteras exteriores y las internas sujetas a depredación por quienes talan sin piedad los bosques, destruyen el colchón de agua de los páramos, contaminan los ríos con la minería artesanal, invaden territorios intangibles, liquidan flora, fauna y pueblos en aislamiento voluntario. Una vez que se ha decidido extraer el petróleo del Yasuní, se ve con claridad meridiana como tan solo el Ejército sería capaz de frenar la invasión de colonos y la tala de bosques una vez abiertas las inevitables trochas de penetración.

A mi juicio, es el Comando Conjunto de nuestras FF.AA. el llamado a estudiar y sentar las bases del futuro de un Ejército que se halla en el corazón de todos los ecuatorianos. Sí, de todos los ecuatorianos.

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