Nació en Guayaquil, en 1969. Fue seleccionado por el ‘Hay Festival de Bogotá 39’ como uno de los autores más destacados de la reciente literatura latinoamericana. Es profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar. Su último libro es ‘La escalera de Bramante’. El escritor Leonardo Valencia analiza la popularidad de las teorías de la conspiración en tiempos del covid-19.
Los 100 años de la fundación del Partido Obrero Alemán, que luego se convertiría en el Partido Nazi, y la muerte del escritor israelita Amos Oz, autor de libros como ‘Contra el fanatismo’ o ‘Queridos fanáticos’ han activado, por estos días, los debates sobre los efectos de los fanatismos. En esta charla Fernando Tinajero, ensayista e intelectual ecuatoriano, suma una serie de reflexiones sobre las consecuencias de los fanatismos en el siglo XXI.
La cantante y actriz Selena Gomez, de 25 años, está siendo acosada por un fanático obsesionado con la celebridad. De acuerdo al sitio TMZ, un hombre trató de ordenar un ramo de flores en forma de pene para entregárselo personalmente a la estrella.
El Tiempo, Colombia, GDA
‘Buscar y decir la verdad, tal y como se piensa, no puede ser nunca un delito. A nadie se le debe obligar a creer. La conciencia es libre”. Estas palabras fueron escritas por Sebastián Castellio en 1551 en una época en la que se condenaba a la hoguera a todo aquel que se atrevía a contrariar el dogma imperante en materia religiosa. Escuetas y rotundas, estas palabras constituyen la primera formulación de la libertad de expresión, la primera apelación a la tolerancia, conceptos, en verdad extravagantes en esos años opacados por el fanatismo. Castellio era un teólogo que se enfrentó a Juan Calvino, ese recalcitrante puritano, hombre implacable y vengativo (rasgos con los que, a su vez, él concebía a la divinidad), que se apoderó de la ciudad de Ginebra donde impuso un protestantismo minucioso y represivo. Castellio estaba horrorizado, asqueado ante la pira en la que ardió el médico español Miguel Servet y a quien Calvino lo acusó de hereje condenándolo a morir en la hoguera (1553). “Mata