Marisol Valles, una joven de apenas 20 años, estudiante de Criminología, asumió uno de los cargos más peligrosos en México. Ella es la jefa de la Policía del municipio de Praxedis G. Guerrero, periferia de Ciudad Juárez, la urbe más violenta del país azteca.
La localidad, de unos 8 500 habitantes y 808 kilómetros cuadrados, forma parte del Valle de Juárez, una zona desértica considerada “tierra de nadie”. Allí proliferan las extorsiones, secuestros, homicidios y quema de viviendas, a pesar de que el Ejército y la Policía Federal participan en un férreo cerco de seguridad.
El sábado pasado fue asesinado Rito Grado, presidente seccional (vicealcalde) del poblado El Porvenir, que forma parte de la municipalidad. Valles indicó al diario local Reforma que tiene miedo como “todo mundo”, pero dijo estar motivada porque “el proyecto es muy bueno y se puede hacer mucho por mi pueblo”.
La joven, que previamente se desempeñó como secretaria del Comandante de la Policía Municipal, señaló que se propone “que la gente confíe en sí misma y en nosotros”.
El secretario del alcalde, Andrés Morales, manifestó que existe temor de que la joven pueda ser blanco de un atentado, pero dijo que se trata de “un riesgo que de alguna manera la mayoría o todos los funcionarios hemos decidido correr”.