Las atrocidades de los conflictos bélicos son expuestas en ‘1917’ el elogiado drama de Sam Mendes. Foto: Outnow.ch
Después de recibir el Globo de Oro como Mejor película, ‘1917’ llega a la cartelera nacional con 11 nominaciones al Oscar, que anticipan la calidad técnica y artística de esta pieza cinematográfica.
La última película de Sam Mendes es una afinada crónica de guerra que proyecta la enorme escala de destrucción que dejó a su paso una batalla, en la que alrededor de 10 millones de personas se mataron entre sí. El filme se centra en la historia personal de dos soldados, que tienen la misión de entregar un mensaje, atravesando el campo de batalla, en un viaje que les tomará un solo día, pero que cambiará el curso de la historia y sus vidas para siempre.
El británico dirige y coescribe una historia basada en hechos reales, que surge de las historias que su abuelo, el difunto Alfred H. Mendes, compartió sobre su servicio como cabo interino y mensajero en el frente occidental, durante la Primera Guerra Mundial.
Mendes diseñó la estructura del filme como el relato de un viaje en tiempo real, filmado en solo dos planos secuencia.
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Para lograrlo, se apoya en el director de fotografía Roger Deakins, con quien pone en marcha el mecanismo que seguirá durante dos horas a los cabos Schofield (George MacKay) y Blake (Dean Charles Chapman), desde que reciben la misión de entregar un mensaje con instrucciones que podrían salvar la vida de 1 600 de sus soldados.
Para Blake, esa carrera contra el tiempo se convierte en una cruzada personal, pues la vida de su hermano dependerá del éxito o fracaso de la misión.
Para Mendes, la misión es balancear el artilugio técnico con la profundidad del drama humano que quiere contar.
Sin ‘pestañear’, la cámara se sumerge en una frenética carrera que sortea alambradas, trincheras repletas de cadáveres y ciudades en escombros. Al mismo tiempo, ofrece una experiencia inmersiva del combate cuerpo a cuerpo, el acecho de un francotirador o la solidaridad de un sobreviviente.
El deleite visual del filme compagina con el trabajo de dos actores, relativamente nuevos, pero que administran eficazmente cada movimiento y emoción, en los que se transparenta el valor y también el miedo de un hombre enfrentado a la atrocidad de la guerra.