¿Qué hace que grupos humanos y sociedades enteras estén dispuestas a renunciar conscientemente a su libertad y prefieran más bien someterse, como lo han hecho en tantas ocasiones nuestros pueblos latinoamericanos, a la voluntad de un solo hombre y de su círculo cortesano? La respuesta a esta pregunta fue propuesta por Erich Fromm en el título de su brillante obra "El miedo a la libertad". Como plantea ese gran autor, cuando las personas no desarrollan su plena integridad sicológica y su genuina capacidad para amar, quedan en un triste estado de subdesarrollo sicológico que les lleva a aceptar o, aún peor, a necesitar ser dominadas.