Los jugadores del Delfín se entrenan desde diciembre pasado en el complejo Los Geranios, ubicado en el norte de la capital manabita. Foto: cortesía Delfín SC.
El 17 de diciembre del 2018, en Asunción, los bolilleros del sorteo de la Copa Libertadores determinaron que Delfín se enfrentase al Nacional paraguayo, por la primera fase del repechaje, en una serie que se realizará con partidos de ida y vuelta, el 22 y 30 de enero del 2019, en Manta y en Asunción.
Entonces, empezó un trabajo contrarreloj para el cuerpo técnico de Fabián Bustos. La primera acción del DT fue convencer a sus futbolistas para reincorporarse a los entrenamientos en la última semana de diciembre. Delfín realizó cuatro entrenamientos en plenas festividades. Solo estuvieron ausentes el capitán Carlos Garcés, quien había planificado su matrimonio para esos días, y el argentino Bruno Piñatares, quien hasta ese momento no firmaba su contrato.
El tiempo es reducido y la puesta a punto para la competencia tenía que ser veloz. Por ello, Bustos señala que el enfoque de los trabajos de pretemporada no eran tanto de base, sino de ejercicios con la pelota.
El cuadro ‘cetáceo’ fue el primero en saltar a la pretemporada. A él se han ido sumando 14 equipos de la A. El último en comenzar los trabajos es Independiente, que se moverá desde esta mañana (8 de enero).
El torneo experimentará un cambio: el 2018 se jugaron 268 partidos y ahora habrá 14 menos: 254 y una paralización de un mes entre junio y julio, por la Copa América de Brasil.
¿Cambian los esquemas de trabajo en la pretemporada? En los cuerpos técnicos consultados por este Diario hay dos corrientes: los equipos que tienen participación internacional -como Liga y Delfín o Macará– dicen que el trabajo debe contemplar la doble competencia y ser intenso, aunque con trabajos específicos con balón.
Hay otra corriente, conformada por los clubes que enfrentan solo el torneo local. Para ellos, el trabajo se divide en dos: hasta el 26 de mayo cuando el torneo se paralizará.
En el campeón Liga, el preparador físico Rodrigo Teixeira sostiene que, si bien hay menos partidos, el equipo debe afrontar la Copa Libertadores. “Tenemos que trabajar con la misma intensidad. La exigencia está en ambos frentes: la copa y el campeonato local”. Junto al entrenador Pablo Repetto, el profesional uruguayo diseñó un plan que alterna dobles y triples jornadas.
Teixeira explica que Liga trabajará esta semana solo en las tardes en cancha por la realización de las pruebas médicas durante la mañana. El próximo lunes, el equipo hará la primera concentración en Pomasqui y después se irán aumentando las cargas de trabajo con enfoque en trabajos de fuerza explosiva, fuerza dinámica y muchas repeticiones de ejercicios. El 23 y 26 de este mes, el equipo realizará sus primeros amistosos.
El gerente Santiago Jácome gestiona los rivales en coordinación con el cuerpo técnico.
En Macará, el entrenador Paúl Vélez también dice que la exigencia en la pretemporada debe mantenerse. Ayer iniciaron la pretemporada con trabajos de adaptación y las cargas de trabajo irán aumentando con el paso de los días. “Haremos triples y dobles turnos considerando que tenemos el campeonato local, la Sudamericana e, incluso, saber qué pasará con la Copa Ecuador”.
En la otra vereda, con una sola competición, están equipos como el América, que retorna a la Serie A. Su preparador físico, Darwin Veloz, dice que el libreto de trabajo está enfocado en desarrollar la potencia del jugador, su explosión, su velocidad de reacción. “No necesitamos llenarle de tanto oxígeno al jugador como el año pasado. Este torneo es más corto y aparte está la paralización. Durante la Copa América se realizará un trabajo de mantenimiento de la parte física”.
En ello concuerda Adrián Navarro, preparador físico de Deportivo Cuenca. “Siempre haremos trabajos con balón. Pero tenemos claro que habrá dos etapas: una hasta la paralización del torneo. Tenemos que preparar al equipo para esas 15 fechas. Después habrá otro ciclo de trabajo durante todo junio”, dijo el argentino.