El estoicismo y el epicureísmo surgieron en condiciones de crisis social, política e incluso humanitaria en medio de la desintegración del mundo griego, según explica Eduardo Albert Santos, doctor en Filosofía y crítico de arte cubano. Y por ello no es casual -dice- que el mundo contemporáneo voltee su mirada hacia estas corrientes de pensamiento, como un antídoto contra los retos y dificultades actuales.