Ensayos binacionales

Oswaldo Jarrin R.
Columnista invitado

La fuerza no debe ser el elemento central de una estrategia para la solución de problemas económicos, que por no ser militares sino de diferente naturaleza, requieren alternativas menos radicales y costosas para evitar consecuencias irreversibles y lograr efectividad.

Cuando las situaciones problemáticas se encuentran en la zona fronteriza, resulta más delicada aún la toma de decisiones, por cuanto hay necesidad de armonizar diversas políticas de cada país, para luego conjugarlas con las del país vecino en función de los acuerdos y compromisos de convenios internacionales.

Las medidas para controlar el contrabando, que son de carácter económico y no militar, previamente debieron ser discutidas a nivel gubernamental antes de pasar a un gabinete binacional. Debieron ajustarse con el control migratorio, para no afectar a la ciudadanía universal. Relacionarlas con la seguridad fronteriza, considerando que la soberanía territorial no ha desaparecido y por ende son responsabilidad de las FF.AA., que en coordinación con la Policía Nacional, por ser frontera, deben enfrentar al crimen transnacional y garantizar la presencia de las instituciones del Estado, siguiendo la nueva concepción de fronteras entre países vecinos enmarcados en la CAN.

Los denominados pasos ilegales entre Ecuador y Colombia, siendo de mutua responsabilidad de los dos países, debieron ser bien analizados antes de que el Ministerio de Obras Públicas excave grandes zanjas de tres metros de ancho y tres de profundidad, siguiendo el límite político internacional (El Universo 12, septiembre 2013), desoyendo quejas de moradores y de sobrepasamientos al lado colombiano.

Pronto estas zanjas abiertas en la frontera para frenar el contrabando, moradores e interesados las hicieron transitables, habilitándolas como caminos carrozables, sujetas a peaje (El COMERCIO, 21 febrero 2014) en los dos lados de la frontera; ofreciendo mejor y mayor oportunidad al contrabando y en efecto búmeran mayor dificultad de control.

Colombia es consciente de su retraso en aportar personal para el funcionamiento del Centro Binacional de atención de fronteras, Cebaf. Instalación ofrecida por el Ecuador en mayo de 2014, en San Miguel de Sucumbíos. Pero el Ecuador ha dejado pasar por alto la Declaración Conjunta de Ministros de Defensa de 2006 en la que Colombia se comprometió a construir un puesto de control fronterizo en correspondencia con el de San Miguel.

En la reunión binacional de estos días, se decidió legalizar cuatro nuevos pasos fronterizos, dejando pendiente el tratamiento para la seguridad de otros 39 pasos ilegales; es una oportunidad para una revisión global de los acuerdos fronterizos, sin marginar compromisos binacionales y regionales con el propósito de maximizar el beneficio de la seguridad y la prosperidad de los países.

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