La enfermedad...es de todos

Omito un "Ya" conscientemente para que no suene a un eslogan que la tendencia política en el poder, aplica a toda propiedad social.

No pretendo escribir ni a favor ni en contra del Régimen ni del periodismo sino de una experiencia de reencuentro personal con la realidad cuotidiana a través del dolor y la enfermedad. Con mi comentario quiero volver a estas columnas que por largos meses he dejado de frecuentar.

Aprovecho este espacio para agradecer a mi familia y demás personas que me ayudaron para que mi enfermedad sea saludable para todos.

El quirófano, es ahora mi nueva cátedra de enseñanza-aprendizaje como fue antes el aula universitaria.

Mi primera gran lección es que la salud no es la ausencia de enfermedad, ni tampoco esta se define como la carencia de salud. En mi "turismo hospitalario" me encontré con profesionales de la salud que realmente transmitían bienestar humano, porque atendían a toda mi persona y mi contexto. Había también de los "otritos" a quienes se los sentía como simples asalariados públicos o privados que dispensan (imaginan ellos) la salud (como mercancía) a los "pacientes" que soportan su presencia.

De mi experiencia pedagógica de muchos años, yo sabía que "nadie educa a nadie... nos educamos mutuamente". Aplico este principio, sin temor a equivocarme, al sistema sanitario y resulta que "nadie cura a nadie... nos curamos o enfermamos mutuamente". La salud como la enfermedad son momentos complementarios del mismo proceso vital.

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