Su utilización no es nueva. Es más, en el país calentar piscinas sirviéndose de la energía solar ya tiene su buena década de vigencia. Por lo menos.
Pero su aplicación crece en concordancia a como crece la conciencia ecológica de la sociedad, explica Iván Páez, gerente de Aqua Renovable, que comercializa el modelo Heliocol en el país.
Los beneficios de la utilización de los colectores solares para calentar piscinas y otros elementos de la casa son varios, explica Páez. Uno de ellos y, talvez en los tiempos actuales, el más importante, es la ecología.
“Se conoce que los contaminantes aumentan en proporción geométrica. Los árboles se siguen talando sin discriminación y los animales y plantas se extinguen a la velocidad de 5 000 especies por año, 10 000 veces superior a la selección natural. Todo por la necesidad del ser humano de procurarse combustibles para mejorar su hábitat”.
La utilización de las energías alternativas -eólica (viento), minihidráulica (cascadas), de la biomasa (naturaleza), geotérmica (volcanes)- son una opción mucho menos contaminante.
De todas estas energías, la solar es la de mayor aplicación por su facilidad de recolección. Y sus principales aplicaciones son de tipo térmico. Nada del otro mundo: la energía luminosa, mediante diversos mecanismos, se aprovecha en forma de calor.
Los sistemas de agua caliente y para piscinas temperadas son solicitados con mayor asiduidad día a día, confiesa Páez.
Aunque una de las razones de la resistencia a su uso es el factor económico, la gente cobra conciencia y ve que su plata no será malgastada, reflexiona Jorge David Galarza, gerente de la Casa del Calefón, que comercia los paneles solares de origen chileno Chisol, que también se utilizan para calentar piscinas.
El sistema Heliocol, por ejemplo, tiene un valor de USD 5 600 para una piscina de 5 por 10 metros, la más común. “Este dinero se amortiza en unos tres años. Como el sistema tiene una vida útil de 25 años, a la larga el dinero gastado es una inversión”. Con un plus más, afirma Páez: Heliocol otorga una garantía de 10 años.
Los fotovoltaicos son sinónimo de paneles solares. El elemento clave es el silicio. Este no metal posee una longitud de onda que le permite gran absorción energética; gran captación de fotones.
Pero el silicio no es el único gran captador. El boro silicato y las franjas-paneles térmicas flexibles de polipropileno tienen características parecidas.
De eso se aprovechó la empresa chilena Chisol para fabricar sus colectores térmicos solares. El principio ‘heat pipe’ fue descubierto en 1962. Se basa en la aplicación de cilindros muy largos que contienen un líquido que se vaporiza a una determinada temperatura. ¿Y los precios? Una manta térmica cuesta desde USD 200 y el sistema de tubos al vacío más simple vale desde USD 370.