Manténgase informado con el podcast: Entérese con EL COMERCIO. A continuación, los temas más destacados de EL COMERCIO este lunes 7 de septiembre del 2020.
En la etapa de nueva normalidad, que comenzó el pasado 4 de mayo del 2020, las personas que se dedican al empleo doméstico están volviendo a laborar, pero, hay incertidumbre sobre la protección de sus derechos, explica Marianela Viteri, directiva de la Unión Nacional de Trabajadoras Remuneradas del Hogar y Afines (Untha).
Mónica, una imbabureña de 45 años, realiza tareas domésticas por horas en cuatro casas de la capital. Ella no tiene contrato de trabajo y no está afiliada a la seguridad social.
Las empleadas domésticas de Paraguay se anotaron este jueves 14 de marzo del 2019 una nueva victoria en la lucha por sus derechos laborales al lograr que el Senado aprobara por unanimidad el proyecto de ley que les garantiza el 100 % del salario mínimo, unos USD 350, y no un porcentaje de ese sueldo como hasta ahora.
Con el mismo empeño friega platos, baldea suelos y lava ropa. Trabaja donde los demás descansan, pero ameniza el esfuerzo físico con juegos y demostraciones de afecto que la hacen partícipe de una calidez familiar ajena que le llega como propia.
El Gobierno argentino respaldó este viernes, 19 de enero del 2018, a su ministro de Trabajo, , involucrado en un escándalo luego de difundirse un audio en el que insulta a su empleada doméstica "No sentimos que sea algo que tenga que costarle el cargo", consideró hoy el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en declaraciones a radio Mitre de Buenos Aires.
La acusó de haberle robado dos naranjas y luego la escaldó con agua hirviendo. Una birmana de 14 años y su hermana vivieron un calvario como empleadas domésticas en Birmania en casa de su jefa, actualmente juzgada.
El Congreso chileno aprobó este martes una nueva ley que reduce la jornada laboral de las empleadas domésticas, y prohíbe que les exijan el uso de uniforme en lugares públicos.
La mujer explicó al juez que su única intención fue “ayudar a los jefes”. Yadira Y., de 32 años, contó que un desconocido llamó a la casa en la que trabajaba y le dijo que su jefe se encontraba detenido por deudas e iban a embargar todos sus bienes.
Con uniforme blanco o sin él, a partir de ahora las empleadas domésticas de Río de Janeiro serán las que decidan su atuendo y no podrán ser obligadas a entrar con esa marca social cuando acompañen a su patrón a un club social, una costumbre que en Brasil se arrastra desde la época de la esclavitud. La nueva ley impulsada desde el Gobierno regional pretende enfrentar un paradigma que pervive en Brasil y que muestra a diario la clasificación social derivada del uso de uniformes, una estratificación pública que refleja la pervivencia del clasismo decimonónico marcado en el ADN del país. La pervivencia de este modelo es particularmente notoria en los clubes en los que la elite social brasileña se reúne y en los que las empleadas de todo el país son obligadas a acceder marcadas con el estigma del uniforme, salvo ahora en Río de Janeiro, que acaba de aprobar una ley que elimina esa exigencia. "Esto ocurre porque Brasil es uno de los países con mayor segregación social. Si tienes un subempleo