En noviembre el Inen emitió una docena de normas “obligatorias y emergentes”, regulando tanto la importación como la producción nacional de sendos grupos de productos.
Las normas entran en vigencia el día de su promulgación en el Registro Oficial, y los productos normados dejan de comercializarse ipso facto.
Unas normas afectan particularmente a productos importados de consumo.
Los cosméticos tienen que cumplir con requisitos según una norma de 11 páginas.
Cada presentación y marca de champú, desodorante o crema de afeitar tiene que ser sometida a diversas pruebas y finalmente exhibir un certificado de conformidad.
De buenas a primeras, se declara la emergencia y sin ese certificado no habrá productos de tocador.
Esto es sólo la punta del iceberg. Se viene un alud de normas.
La revisión a la norma de baldosas cerámicas requerirá que “cada una de las baldosas cerámicas establecidas en este reglamento técnico, deben incluir en el reverso o en el lateral de la pieza, la indicación del país donde ha sido fabricado”.
China, Colombia o España, principales países suministradores, tendrían que hacer corridas de producción especiales para el Ecuador para vender al Ecuador, para cumplir con un requisito que no parece tener un objetivo de seguridad o salud.
Estas medidas parecen dirigidas a frenar las importaciones. Importamos USD 81 millones de cosméticos y USD 72 millones de baldosas al año. Además, se buscaría favorecer su sustitución con producción nacional. Aunque muchos de estos productos, por ejemplo los cosméticos, por el tamaño de nuestro mercado no es factible producirlos localmente.
Otras normas afectan a la producción nacional.
La norma para las válvulas reductoras de presión tiene 19 páginas, es minuciosa en lo que respecta a las especificaciones que deben cumplir las válvulas, los métodos de ensayo a aplicarse, los 12 documentos de referencia que deberán adjuntarse.
Si a partir del 13 de noviembre, día de promulgación de la norma, falla la válvula de alguna máquina, como de hecho han fallado, y la empresa no tiene un repuesto en su inventario, no lo podrá comprar. El distribuidor de válvulas no ha tenido tiempo de buscar algún laboratorio acreditado dispuesto a realizar las pruebas y emitir el certificado, y por lo tanto no puede vender.
¿Cuál es la emergencia? ¿Qué justifica atentar contra el normal funcionamiento de la maquinaria industrial? ¿Es que el Ecuador está comprando válvulas de mala calidad? Importamos USD 131 millones de válvulas, en su mayoría de EE.UU., Italia y Brasil.
Es indispensable dar un plazo razonable para que se cumplan las normas.
Y eliminar los requisitos que carecen de justificativo. El desabastecimiento no beneficia a nadie.