El elefante

Pocas veces en la historia política de la sociedad internacional se habían trastocado tantas piezas al mismo tiempo. El populismo –al parecer- lo logra todo y aunque no todo es causado por una sola persona, no cabe duda que Donald Trump está tumbando las piezas del ajedrez en lugar de jugando con ellas. Para cualquier observador externo será muy difícil entender este juego a simple vista. Y lo que hay que empezar diciendo es que la política interna de los Estados Unidos tiene tanto o más que ver que su política externa.

La política internacional es, por ahora lo más simple de explicar (cómo estarán las cosas para que esto sea lo más simple). Después de la visita de Trump a la OTAN y el Reino Unido, a nadie le queda la menor duda de que el presidente estadounidense está haciendo el trabajo sucio que Vladimir Putin y Rusia había buscado –infructuosamente- durante tanto tiempo: terminar con la Alianza Transatlántica. Si bien los aliados de Estados Unidos en los dos lados del Pacífico, europeos y canadienses se mantuvieron incólumes ante los golpes de mesa de Trump, incluyendo las acusaciones a Alemania de que es rehén de los rusos por comprar su gas natural de ellos o las demandas altisonantes de doblar las aportaciones a la OTAN, él usó muy bien su carta más importante, la de sacar a los Estados Unidos de la organización, que terminaría sin duda con su efectividad. Pero la cooperación militar no es su única objetivo para demolición, también lo es la Unión Europea y su mercado común. No sólo que ha usado todos los recursos a su alcance para promover los partidos anti-europeos desde antes de llegar al poder, sino que en su visita al Reino Unido causó una crisis política interna cuando amenazó al gobierno de Teresa May con detener cualquier acuerdo de libre comercio bilateral si continuaba con un plan de salida de la Unión Europea tan “europeo”. La amenaza no es menor, tomando en cuenta la estrecha dependencia británica del mercado y las inversiones estadounidenses.

Trump es un elefante en cristalería dirán muchos y eso no deja de ser verdad. Lo único importante aquí es entender que para él todos y cada uno de sus berrinches internacionales (incluyendo hacerle juego a Putin o separar a miles de familias migrantes) sólo buscan ganar elecciones y consolidarse en el poder. Hasta ahora, esto ha jugado muy bien en su base de apoyo, que cada vez más firme pero amenazada por una gran espada de Damocles: la investigación de Robert Mueller que está cada vez más cerca de llevarlo al juicio político y destitución apenas cambien las preferencias electorales. Los demócratas siguen haciendo grandes avances en estados clave. El cerco es cada vez más evidente y, si Assange decidiera colaborar con Mueller, sus supuestos miedos se abran absuelto, eso sí a costa de molestar seriamente a Putin. En este juego puramente político y altamente riesgoso (lo siento expertos en derecho internacional) lo único que resta es ver si Ecuador quiere seguir jugando.

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