Unaola de indignación recorre las redes sociales para exigir que no se politice la visita del papa Francisco y que no se la relacione con los diálogos en La Habana. ¿Acaso no es por esa causa por lo que tanto necesitamos del pastor para que nos ayude a atravesar este difícil trayecto?
Iba a escribir este artículo acerca de la importancia del acuerdo logrado en La Habana entre el Gobierno y las FARC para desminar el país. Aunque para muchos es una decisión trascendental en el proceso de ponerle punto final al conflicto armado, para los sectores uribistas este pacto tampoco es importante. Para ellos, ningún punto de la negociación es suficiente, nada les basta, siempre tienen un pero, una objeción, una interpretación sesgada, un motivo para el pesimismo o la desconfianza. A los defensores de la “paz sin impunidad” solo les sirve que el país siga en esa espiral de violencia y retaliaciones que en más de medio siglo no han conducido sino a los cementerios, a los hospitales y al desplazamiento forzado de millones de colombianos.
Desde que empecé a escribir en este periódico me he propuesto no mezclar mi rol de columnista de El Tiempo con mi trabajo como caricaturista de Semana, y hoy no será la primera vez que lo haga, pese a que desde el fin de semana he recibido un aluvión de insultos por la exhibición que hizo Nicolás Maduro de un dibujo mío publicado en esa revista.Sin embargo, sí voy a referirme a otras de las declaraciones hechas por televisión el sábado pasado por el Presidente de Venezuela contra los medios colombianos, con las cuales trata de levantar una fachada de falacia y fantasía para ocultar el caos en que está sumido ese país, debido a su demostrada incompetencia y a su comprobada ausencia de liderazgo. Después de un breve saludo a los colombianos, el Mandatario, que aparecía con un ejemplar de Semana en la mano, se quejaba de que en Colombia hay “todos los días un ataque contra Venezuela, un ataque contra mí; antes era contra nuestro amado comandante, Hugo Chávez”. Y a renglón seguido él mismo
Fabio Rebeiro es un fanático brasileño de Roberto Gómez Bolaños, ‘Chespirito’. Tiene 33 años y empezó a ver ‘El Chavo del 8’ en 1983. Hoy (5 de diciembre), el diario El Tiempo de Colombia difundió un video con imágenes inéditas de Rebeiro y un amigo más en casa de 'Chespirito', a quien visitaron dos veces.
El Jefe del Estado anunció que la propuesta de acabar con la reelección del Presidente y cabezas de las altas cortes podría contemplar la posibilidad de ampliar los períodos de gobernadores y alcaldes, de manera que coincidan con el asignado al más alto cargo de la nación. Si se aprobara en el Congreso la iniciativa del Gobierno, tendríamos Presidente de la República, gobernadores y alcaldes para períodos de cinco o seis años.