Carlos Jaramillo A.

El Comercio, 116 años

“Este Diario ha sido pionero permanente de la evolución del periodismo y un canal de servicio
a la colectividad y a la solución de sus múltiples problemas”.

El 1 de enero de 1906, esto es hace 116 años, nació en esta capital El Comercio, primer diario independiente del Ecuador, con prescindencia de la política partidista, fundado por los hermanos señores César y Carlos Mantilla Jácome y desde entonces constituye uno de los más prestigiosos medios de comunicación del país y de la Región.

Este Diario ha sido pionero permanente de la evolución del periodismo y ha sido siempre un canal de servicio a la colectividad y a la solución de sus múltiples problemas.

La Dirección de El Comercio ha sido desempeñada sucesivamente por los dos fundadores y luego por sus descendientes señores Carlos y Jorge Mantilla Ortega, Guadalupe Mantilla de Acquaviva, Fabricio Acquaviva Mantilla y Carlos Mantilla Batlle y durante cortos lapsos por destacados periodistas hasta que en enero del 2015 adquirió casi el total de las acciones del Grupo El Comercio el empresario mexicano-guatemalteco Ángel González.

Cuando El Comercio cumplió 90 años de vida la señora Guadalupe Mantilla sintetizó uno de los postulados permanentes: “Este Diario cambia evidentemente en su presentación física con el paso de los años, pero sigue inalterable en su inspiración original de entrega invariable e insobornable al servicio de las causas más nobles del pueblo y de la democracia ecuatoriana”.

Y en el Preámbulo del libro “Testigo del Siglo” se manifiesta: “El Comercio circuló por primera vez el 1 de enero de 1906. Quito conservaba todavía los aires de la colonia. Entre aristocrática y conventual, la vida giraba en torno a la Plaza Grande, a los campanarios de las iglesias… El Comercio, desde el comienzo, estableció como valor fundamental de su tarea periodística la independencia frente a los factores de poder… La coyuntura de los días iniciales, marcada por los torbellinos políticos y las pasiones derivadas de las ideologías y la religión, determinada también por la persecución a la prensa, constituyó la prueba de fuego para afirmar esa independencia”.

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