Los vecinos de la ciudad de Einbeck, en el noroeste de Alemania, encontraron un modo poco habitual de protestar contra los excrementos que dejan los perros en sus calles. "Juntamos unos 250 kilogramos de caca de perro de parques y caminos verdes", explicó Martin Klein, un portavoz de la iniciativa "Por un Einbeck limpio".