Cuestionar el temor a la soledad, tras un conflicto de pareja, es el escenario transversal que aborda la obra ‘Sístole y Diástole’ escrita por el dramaturgo Fabián Patinho e interpretada por Vanesa Trujillo y Juan Carlos Camacho.
¿Cuál es el rol que va a cumplir el Centro Cultural Metropolitano dentro de la política cultural que tiene esta alcaldía?
Una pintura de Eduardo Kingman (1913-1997) titulada ‘Música y luces’ representa a un trompetista andino tocando con el fondo de un castillo de juegos pirotécnicos, con 'luces' que chorrean pintura en el lienzo. La obra del maestro del expresionismo y el indigenismo ecuatoriano del siglo XX tiene un valor de partida de USD 28 000, el más alto de la primera subasta de obras de arte del año de la Corporación Financiera Nacional (CFN).
La quiteñidad se vuelve una de las ideas más populares y difundidas en estos días dedicados a la celebración de los 484 años de la fundación española de Quito. En medio de la celebración a bordo de ‘chivas’, del inicio de los campeonatos de cuarenta, de los desfiles y los conciertos masivos y las fiestas barriales, Eduardo Kingman Garcés, antropólogo urbano, lanza sus reflexiones sobre esta idea. Una noción que tiende a caracterizar de una forma determinada a los quiteños o a la gente que vive en Quito.
Amantes del arte de todas las edades se reunieron en la Galería Kingman el sábado 25 de noviembre de 2017 para ser parte de la inauguración de una exposición que recopila obras de toda la vida del artista.
Las casas, al igual que los seres humanos que las habitan, tienen memoria. Esta pervive entre las paredes y el mobiliario. Y en los techos, las alcobas, las salas donde se realizaban las tertulias familiares o en el horno de barro donde se cocía el pan del hogar.
Entre 1930 y 1945 se dio en el país una ruptura en la literatura, con la aparición del realismo social. Este movimiento se dio no solo en las letras, sino también en las artes plásticas. Oswaldo Guayasamín, Diógenes Paredes, César Andrade Faíni, Bolívar Mena, son algunos de los referentes. Junto con ellos Eduardo Kingman, a quien estos días una exposición trae de vuelta.
Eduardo Kingman está entre los máximos representantes de las artes plásticas ecuatorianas contemporáneas. Su casa solía ser la panadería del barrio San Rafael, en el valle de Los Chillos. Allí, el pintor vivió sus últimos 30 años, ya como un artista consagrado. Su muerte se produjo en 1997 y tres años más tarde falleció su esposa.