La Unión de Emiratos Árabes-UEA fue constituida en 1971 por siete Emiratos. El PIB es de USD 270 000 millones, lo que lo ubica en el puesto 36 entre 190 países y territorios. La UEA se extiende en una superficie de 83,6 mil kilómetros cuadrados, y la población total es de 4,8 millones. Entre los siete Emiratos se encuentra Dubái.
Desde el descubrimiento de petróleo en 1966, la UEM se embarcó en un proceso agresivo de inversiones para transformar una sociedad dedicada a actividades primarias y rodeada de dunas y desierto, en una sociedad moderna.
Ingentes inversiones en carreteras, telecomunicaciones, puertos, aeropuertos, escuelas, hospitales, fueron cambiando la calidad de vida de los ciudadanos, y la forma de relacionarse.
El más agresivo de los Emiratos fue Dubái, cuyo emir, el sultán Bin Saeed al-Mansouri, fundó la compañía estatal Dubai World, encargada de planificar, financiar y ejecutar los proyectos de infraestructura.
El emir se embarcó en la tarea de convertir a Dubái en el centro comercial, turístico y financiero más importante de esa parte del mundo, para lo cual no solamente precisaba de los recursos generados por el petróleo, sino que debía atraer inversión extranjera y financiamiento externo para lograr sus objetivos.
Así comenzaron las obras. El puerto más grande del mundo se construyó en Jabel, y alrededor del mismo se construyó una zona de libre comercio.
El aeropuerto internacional es uno de los más modernos del mundo. Los bancos internacionales comenzaron a llegar y poco a poco Dubái se fue convirtiendo en un centro financiero internacional. Con la construcción de edificios de viviendas y oficinas, así como modernos hoteles, el turismo comenzó a florecer.
Tal era la demanda por vivienda, que Dubai World comenzó a ganarle espacio al mar para construir residencias.
El hotel Burj Al Arab, que está en la playa de Jumeira, es el único hotel del mundo de siete estrellas; y las Torres de los Emiratos tienen 350 metros de alto, y son las más altas de la región y de Europa. Modernos centros comerciales, uno de ellos con pista de patinaje en hielo en medio del desierto, daban muestra del ostentoso desarrollo de Dubái. Parecía que la prosperidad no tenía fin, hasta que llegó la crisis mundial, y los precios de los bienes raíces se desplomaron. Dubai World con una deuda externa de USD 56 000 millones solicitó a los acreedores una moratoria de seis meses para reestructurar sus deudas.
El banco central de la UEM ha manifestado su respaldo al sistema financiero, calmando por el momento la incertidumbre mundial sobre el futuro de Dubái.
Queda en evidencia una vez más, que no se puede lograr prosperidad asignando centralizadamente recursos propios y ajenos. Por lo cual, se necesita del concurso de la iniciativa privada para consolidar el desarrollo.