En Vispu, Sara Hernández asesora a Jesenia Porras, Ñusta Puruhá, sobre su atuendo. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO
Los trajes de gala copan las vitrinas de las tiendas de ropa andina. Novias, quinceañeras, modelos y reinas de belleza buscan los vestidos que, a diferencia de los atuendos casuales que se usan todos los días, tienen una mayor cantidad de adornos bordados, piedras de colores y brillantes.
Los diseñadores de varias tiendas de Chimborazo apostaron por los trajes de gala para esta temporada. La demanda es mayor debido a la gran cantidad de matrimonios y eventos especiales que se realizan a mediados de año.
Franklin Janeta y Sara Hernández son los diseñadores de Vispu, una tienda especializada en la ropa puruhá. Ellos incluyeron en su colección trajes de gala que se publicitan a través de sus redes sociales y también en reinados de belleza.
Los vestidos que ellos confeccionan están inspirados en la vestimenta original de esa etnia: un anaco negro, blusa blanca con adornos bordados y fajas kawiñas hechas a mano. Sus creaciones tienen modificaciones de estilo, como adornos con telas transparentes, escotes más pronunciados y anacos más amplios, como faldones acampanados.
Pero la característica principal de diseño es la gran variedad de colores que se destacan en los bordados y la pedrería incrustada en las figuras. Uno de sus diseños se lució recientemente en la gala Reina de Riobamba.
Jessenia Porras, quien concursó auspiciada por la marca, lució un vestido confeccionado por los cinco artesanos que laboran en el taller. El traje tiene una gran cantidad de detalles y le tomó a sus creadores cerca de seis meses de trabajo arduo.
“Este vestido representa mucho esfuerzo y tiene un significado importante, porque refleja identidad. Mi propósito al lucirlo fue visibilizar el arte puruhá y motivar a otras jóvenes a vestir la ropa que nos identifica”, contó Porras.
La tienda está ubicada en el centro de Riobamba, cerca al Centro Comercial La Condamine. Allí se elaboran también blusas, anacos, accesorios, bisutería, alpargatas entre otras prendas tradicionales de la vestimenta puruhá.
“Encontramos en los eventos especiales un nicho de mercado. Es que para esas ocasiones, las mujeres no entendían aún como vestirse, así que decidimos darles opciones”, cuenta Sara Hernández.
Además del diseño de los trajes, ella también se especializa en maquillajes y peinados de estilo andino que combinan con los trajes que venden. El servicio se realiza a domicilio y se caracteriza por la naturalidad, neutralidad y elegancia de los tonos y sobriedad de los peinados.
“Los ajuares de novias son especiales. Se bordan figuras de la cosmovisión andina que representan a la mujer y su relación con el entorno, como flores y chakanas, y se decoran con piedras brillantes, lentejuelas y chaquiras”, explica la diseñadora, de 27 años.
El producto estrella de la marca son las blusas de la cultura Puruhá bordadas a mano, y en varios estilos. Esas prendas se utilizan en la vestimenta diaria de las mujeres puruhaes.
“Decidimos ampliar nuestro menú para atraer también a las mujeres mestizas. Notamos que a muchas de ellas les gustaba la vestimenta Puruhá y el diseño étnico”, cuenta Franklin Janeta.
Chaquetas de casimir con adornos bordados en las solapas también se exhiben en el local. El público objetivo son las mujeres mestizas que buscan un toque de color y originalidad en sus atuendos.
“Siempre admiré la vestimenta nativa y por su colorido. Esta es una forma respetuosa de usarla”, dice Ema Suárez.