El edificio de la Dirección de Avalúos y Catastros del Municipio de Quito, situado en la calle Venezuela N 3-86, está rehabilitado íntegramente.
Poner de nuevo en función este inmueble, que había sufrido un gran deterioro, demandó de la inversión de USD 1 500 000 por parte del Cabildo quiteño.
La intervención estuvo a cargo del Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural de Quito (Fonsal) y comprendió los trabajos de liberación de añadidos, acabados e instalaciones obsoletas; renovación de pisos, instalaciones eléctricas, hidrosanitarias y de baterías sanitarias; sustitución de pisos, cambio y redistribución de mamparas y arreglo de las escaleras de madera.
Adicionalmente, explica el director del Fonsal, Guido Díaz, se efectúo la instalación de nuevo mobiliario (sillas y escritorios), la colocación de alarmas y la renovación del sistema hidroneumático, útil para detectar y apagar incendios y otros sucesos. También se procedió a la instalación del equipamiento técnico de iluminación, voz y datos.
Según Díaz, los sistemas utilizados en la rehabilitación han convertido al inmueble en un edificio inteligente. Los vetustos equipos de antaño fueron renovados con otros de tecnología de punta. Eso se refleja en una mejor funcionalidad de las oficinas, que ahora tienen más espacio libre.
Las oficinas y otras dependencias del inmueble no son de lujo pero están bien estructuradas, continúa Díaz. Se han cumplido los estándares para que los funcionarios y empleados trabajen cómodamente. Allí laborarán 400 empleados pertenecientes a la Dirección de Avalúos y Catastros del Municipio, el Centro de Datos Metropolitano y la Dirección de Informática.
Pero los trabajos no terminaron ahí. Las estructuras de piedra y hormigón del edificio fueron limpiadas con jabón y químicos para recuperar su antigua fisonomía.
Los trabajos concluyeron con la puesta a punto de la entrada principal de la edificación, que es adoquinada. La fachada fue limpiada y pintada con esmero. También se mejoró la batería sanitaria que se encuentra adosada al exterior del edificio y que sirve para que los ciudadanos realicen sus necesidades biológicas.
En la intervención laboraron, en forma permanente, durante dos años, 20 técnicos y 200 obreros. El edificio posee seis pisos y tiene 3 800 m² de construcción. La ubicación del bien, en pleno Centro Histórico, complicó los trabajos de rehabilitación.