¿Enviar a los niños a la escuela bajo riesgo de contagiarse el coronavirus cuando ni siquiera tienen seguro médico? ¿O mantenerlos en casa con clases en línea, aunque eso retrase académicamente a los estudiantes e impida a los padres trabajar?
Que las encuestas políticas le desorienten a cualquier paisano como yo que respira el aire con escaso oxígeno de una capital que ya no tiene ni reina de belleza, vaya y pase, pero que hayan engañado al presidente de Argentina y a los tiburones de la Bolsa de Buenos Aires, que pegó una remontada en la víspera de la elección y cayó bruscamente después, ya se pasa de la raya.
Hernán Barcos salió del vestuario del Complejo de Pomasqui en chancletas. Sujeto el pelo en un moño, miró con tranquilidad a los periodistas que desde hace semanas le hacen la misma pregunta. ¿Se quedará en Liga de Quito hasta el final del año?
¿A quién le darán el Nobel de Literatura, después de a Bob Dylan? Aunque a la Academia Sueca le gusta sorprender al mundo con su elección para este galardón, este año, preocupada por su reputación, parece dispuesta a optar por un fallo más tradicional.
Si alguna vez te quedaste horas pensando: ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Este es el momento para gritar ¡Eureka! Un grupo de científicos, de la comunidad digital Big Van Científicos Sobre Ruedas, le dio una posible respuesta a esta incógnita que acompaña a la humanidad miles de años. Y no es exageración la cantidad de años que este tema lleva debatiéndose, filósofos como Aristóteles y Plutarco ya discutían sobre este emplumado acertijo hace más de 2 300 años.
Si yo fuera Presidente, daría una solución definitiva al eterno dilema del alza de pasajes; los señores transportistas dicen que trabajan a pérdida, aparte del pésimo y peligroso “servicio que prestan”.