La cantidad y el calibre de los insultos y las expresiones de odio en las redes sociales sube de forma proporcional a su crecimiento.
Los analistas César Ulloa, politólogo y docente, y Diego Cevallos, de Gobernanza Local, evalúan los proceso de remoción en contra de Yunda.
Las apuestas se multiplican. ¿Luego de la pandemia qué mundo nos depara, qué cambios se avecinan? Unos hablan de que nada será como antes, otros exponen que seremos más solidarios y otros creen exactamente lo contrario. Hay tantas posturas como personas. Dejemos de apostar, la pregunta adecuada sería qué vamos a hacer nosotros ahora.
Los defensores de derechos humanos y activistas ambientales incomodan a gobiernos y poderosos intereses. Tanto, que los persiguen, torturan y matan. En 2018 asesinaron en el vecindario latinoamericano a 241 -75% de todo el mundo-.
La economía va a la baja, la delincuencia y la violencia empeoran y la impericia gubernamental en diagnósticos y políticas públicas saltan a la vista, pero aun así, ocho de cada 10 mexicanos están felices con su presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Los gobiernos de las dos economías más grandes de América Latina, Brasil y México, estarán, en pocas semanas, comandados por un presidente fascista y otro populista, respectivamente. No son iguales, pero se parecen.
Por el deseo de enterrar al correísmo y agradecidos por recuperar un clima de concordia y libertades, la mayoría de ecuatorianos decidió mirar hacia otro lado frente a hechos cuestionables de actual gobierno.
El trato al paciente en gran parte de los hospitales públicos de Ecuador es arcaico y atenta contra sus derechos. Esta realidad, que por cotidiana parece normal, es una muestra del retraso del país y de su sistema de salud, atrapado en la idea de que los profesionales atienden enfermedades y no personas.
En su década de gestión, el correísmo fue prolífico en adjudicarse calificativos: progresista, de izquierda, humanista, revolucionario y hasta gestor del gobierno más técnico de la historia. Millones asumieron como ciertas tales adjetivaciones, pero hechos y datos indican que la realidad fue otra.
Una niña ecuatoriana muere colgada del tubo de una cortina de baño en un albergue para migrantes en México. Encuentran el cadáver descompuesto de un menor guatemalteco en el desierto en Texas.
En las religiones, la doctrina y los dogmas no se discuten, son verdaderos más allá del razonamiento, la realidad o la ciencia. Llamar a que la grey católica opine sobre algunos de los suyos, como el rechazo al matrimonio entre personas del mismo sexo o la adopción por parte de esas parejas, es un acto osado y necesario. Francisco sorprende.
Las elecciones de Ecuador del 2013 serán una partida desigual e injusta. La cancha está rayada para que triunfe Rafael Correa. Es baja la incertidumbre sobre el resultado. Se usa y seguirá usando sin recato el poder y el dinero entregado por los ciudadanos para apabullar a los contrarios, para reducirlos a la categoría de oposición ilegítima.
Imposible comprimir en una celda estadística el asesinato de Juan Antonio y de tantos otros que ya son miles. La violencia es de todos.
Entre los partidarios y beneficiarios del chavismo hay tristeza, pero sobre todo miedo por la salud de Hugo Chávez. La opacidad informativa venezolana, propia de regímenes para los que la transparencia y rendición de cuentas son un estorbo, no permite tener certeza sobre la salud del mandatario. Pero todo indica que se acerca el fin de una época.
Los rasgos autoritarios del Presidente son necesarios en este momento histórico, su forma de enfrentarse a los poderes fácticos es la única vía para avanzar, él es un “no político”, él tuvo valor para enfrentar partidocracia. Los ecuatorianos requieren este tipo de liderazgo. Usted habrá escuchado estos argumentos más de una vez entre quienes simpatizan con el Gobierno e incluso entre quienes tienen reparos, pero lo apoyan. ¿Qué está detrás? ¿Qué futuro se construye así?
Habría quizás que recurrir a psicólogos para desentrañar el significado de esa sonrisa recurrente que muestra el presidente Correa cuando habla en público. No siempre es por algo gracioso. Seguro, si usted observa con cuidado, confirmará este comportamiento. Sonríe mientras celebra la derrota de un diario o de un periodista, también cuando responde acusaciones, argumenta o simplemente relata algún hecho nada chistoso. Cuando reclama o insulta, también sonríe.
Altiva, soberana y revolucionaria son adjetivos que se atribuye la diplomacia ecuatoriana. Ojalá esto fuera realidad al momento de relacionarse con gobiernos como el de Irán. Altiva sería si se pronunciara contra las ejecuciones en la ahorca y la lapidación de mujeres, soberana si condenara –a contracorriente de los amigos bolivarianos- la censura a Internet y el encarcelamiento de opositores y revolucionaria si rechazara el sometimiento del poder civil al religioso y la negación de derechos a las mujeres.