Sonriente se la observa en todas las fotos. También se la escucha animada y positiva, desde su vivienda en el cantón Quijos, en Napo. Sarita Llulluna tiene 31 años y hace seis abrió los ojos en el Hospital Eugenio Espejo de Quito. Allí, de golpe se enteró que era una de las estudiantes de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (Espoch), que había sobrevivido al accidente ocurrido el Día de la Madre, en el 2014.