María Susana Tabango, moradora de la comuna de Reyloma, llegó ayer a visitar las tumbas de sus familiares, en el cementerio Samasunchic (Descanse en Paz, en quichua), de Otavalo. Pero se llevó una sorpresa al ver que las bóvedas, en las que se encontraban los cuerpos de su esposo, su suegra y sus abuelos, fueron demolidas.