Un medio millar de personas hacía fila la mañana del viernes pasado para encontrar un puesto de trabajo en el sur de Quito. A la misma hora, el Gobierno anunciaba que el empleo en el país mejoró en el tercer trimestre de este año. ¿Una contradicción? No, pues la reducción de desempleo no significa que este se haya eliminado ni mucho menos. De hecho, los últimos datos señalan que 335 000 personas siguen desocupadas en el país y 46 000 están en la capital. Muchas de ellas estuvieron la mañana del viernes pasado haciendo fila por un puesto de empleo. Aunque la desocupación siempre será un problema por superar, la buena noticia es que hay menos desempleados respecto al año pasado. Pero la mala noticia es que el 2009 no es un buen año para hacer comparaciones, porque fue un año de crisis donde la producción se estancó, las empresas despidieron gente y el desempleo se disparó, no solo en el Ecuador sino en el mundo. Entonces, para saber qué está pasando con el empleo, un mejor diagnóstico se obtiene comparando con las cifras de años anteriores a la crisis. La serie estadística es nueva y data del 2007, por un cambio de metodología, pero es suficiente para evaluar la gestión del actual Gobierno. Y el resultado es que no hay mayores avances, ya que la tasa de desempleo antes de la crisis estaba en el 7,1% y ahora se encuentra en 7,4%, pese al esfuerzo del Régimen en incorporar más personas en la burocracia. El sector privado, que es el mayor generador de empleo, sigue estancado.