Esta enfermedad que está de moda en el Ecuador y sobre todo por temporada invernal, debería tener su auténtico nombre y se debería denominar -enfermedad de los pobres-. Por la televisión he observado que las personas picadas por el portador del mal, viven en barrios carentes de alcantarillado, casas en su mayoría de caña, calles sin asfalto, paredes sin enlucido, tarros.
Desafortunadamente el Ecuador y dada su grave y endémica situación económica, hace que ciudades como Guayaquil tengan crecimiento explosivo, lo cual impide que los municipios tengan posibilidades económicas para hacer frente a las demandas de los barrios y poder dotarles de las más elementales necesidades.
Ojalá no se presente nuevamente en el país otro de los males de los pobres y que se denomina-cólera-.