Daniel Ortega ya está entrando a la tercera edad. Por eso quiere asegurarse la reelección indefinida, para asegurar la vejez. El Mandatario de Nicaragua vive lejos de aquellos días heroicos de la gloriosa revolución sandinista.
También están lejanos los días fogosos de su juventud. En 1998, Zoila América Narváez Murillo, hijastra del entonces diputado ante la Asamblea Nacional de Nicaragua, Daniel Ortega, denunció a la prensa, que este la había infligido abusos sexuales y diversas agresiones físicas y psicológicas desde los 11 años.
Ahora su protagonismo depende de lo que diga su amigo del Palacio de Miraflores.