En estas épocas de espacios reducidos y ambientes estrechos, la simplicidad es el eje del diseño. Se impusieron las líneas rectas, las formas sencillas y los colores neutros.
Redacción Construir (I) construir@elcomercio.com Los nórdicos, eslovenios y rusos tienen fama de fríos, austeros y hasta flemáticos. Pero cuando se observan las edificaciones que estas nacionalidades diseñan para los niños -y los estudiantes en general- esa percepción se desintegra. Jardines de infantes, escuelas, colegios y hasta universidades muestran una fusión de espacios y colores que no tienen nada para envidiar a sus pares caribeños o brasileños, tan amantes de las paletas fuertes.