Cuenta la leyenda que para elaborar el Cristo de la Agonía, Miguel de Santiago (1630-1706) torturó y atravesó con una lanza a uno de sus talleristas, quien posaba crucificado. El objetivo del maestro: captar la expresión de sufrimiento que debió experimentar Jesús en su calvario. Este relato, que termina con la muerte del modelo, nunca pudo ser corroborado a través de fuentes oficiales.
Cristian Balarezo, historiador de arte y restaurador, investigó y asegura que la obra el Cristo de la Agonía, de Miguel de Santiago, se encuentra en el Museo de la Orden de los Descalzos, en Lima, Perú.