La república autónoma ucraniana de Crimea puede permanecer indefinidamente bajo control ruso, congelando un conflicto que es, para algunos, el más grave de Europa desde la Guerra Fría.
La península ucraniana se encuentra bajo dominio militar de Moscú. Las bases ucranianas están rodeadas, y el control de la infraestructura y los edificios estratégicos en toda la región está en manos de comandantes rusos.
Pese a la retórica cada vez más dura y a las amenazas de acciones diplomáticas más fuertes de los gobiernos de Estados Unidos y de varios países de Europa, los expertos creen que Occidente puede hacer poco para aflojar el lazo ruso en torno de la estratégica Crimea.
“Lamentablemente, las cosas han llegado al punto en que parece que el mejor escenario es que las tropas rusas terminen quedándose en Crimea, que la situación allí siga como ahora y que esto se convierta en un ‘conflicto congelado’”, explica a IPS el director de política exterior del Centro para la Reforma Europea, Ian Bond, con sede en Londres.
Crimea, actualmente una república autónoma de Ucrania, tiene vínculos ancestrales con Rusia. En ella viven la mayoría de los ucranianos de origen ruso, muchos de los cuales llegaron allí en 1944, durante el desplazamiento forzado de más de 200 000 tártaros, un pueblo túrquico musulmán que había vivido en la región durante siglos.
El gobierno de la entonces Unión Soviética envió a los tártaros a campamentos de trabajo en Asia central y los reemplazó con rusos leales al dictador José Stalin, a quien indignaba la presunta colaboración de los tártaros con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Actualmente, los tártaros constituyen una minoría significativa de la población de Crimea.
La península pertenecía a Rusia hasta que en 1954 el líder soviético Nikita Kruschev se la obsequió a Ucrania, estando las dos repúblicas dentro de la Unión Soviética. Moscú mantiene una presencia física en la península con la enorme base naval en el puerto de Sebastopol, sobre el mar Negro, gracias a un acuerdo de alquiler con Kiev que confiere a los efectivos rusos el derecho a circular por ciertas partes de Crimea.
En Crimea muchos se consideran rusos, y desde el colapso de la Unión Soviética en 1991 los movimientos locales de secesión han tenido variados niveles de apoyo.
Las protestas de Euromaidán, que se desarrollaron en Kiev desde noviembre para reclamar el acercamiento a la Unión Europea (UE), no obtuvieron apoyo en la península.
Como Moscú moviliza cada día más soldados hacia la península, algunos expertos creen que puede tratarse de un despliegue permanente, y citan como ejemplo la invasión de 2008 a la región separatista georgiana de Osetia del Sur.
Mientras tanto, las nuevas autoridades de Ucrania prosiguen su ofensiva para recabar apoyos políticos y económicos internacionales mientras se enfrentan a la intervención militar rusa en Crimea.
Después de recibir el respaldo de EE.UU., John Kerry, en su visita a Kiev, Ucrania obtuvo ayer un espaldarazo económico de la Unión Europea, que negocia con EE.UU. y Rusia una solución para la región de Crimea. Los 28 países de la UE abordarán hoy en una cumbre la situación en Ucrania tras el despliegue de soldados rusos en Crimea y la posibilidad de ofrecer una ayuda de 11 000 millones de euros al nuevo Gobierno de Kiev si se compromete a efectuar reformas.
Putin, propuesto al Nobel de Paz
La lista de nominados al Premio Nobel de la Paz alcanzó este año un nuevo récord de 278 nombres propuestos, que incluyen al presidente ruso, Vladimir Putin, al papa Francisco, a la activista por la educación paquistaní, Malala Yousafzai, o al extécnico de los servicios secretos estadounidense Edward Snowden.
Las nominaciones comprenden 231 individuos y 47 organizaciones, dijo ayer un portavoz del Instituto Nobel, después de que el comité de cinco miembros celebrara su primera sesión y registrara a todos los candidatos propuestos hasta la fecha límite, el 1 de febrero.
Putin ya fue propuesto en septiembre por la Academia Internacional de la Unidad Espiritual del Mundo, que respaldó Iosif Kobzon, un diputado ruso, alegando su papel a la hora de evitar un ataque aéreo estadounidense contra Siria después de que se registraran ataques con armas químicas en el país.
La tensión creada por la decisión de Rusia de tomar el control militar de la península de Crimea, territorio ucraniano, podría sin embargo recortar sus opciones, creen los expertos. El 2013 el Nobel lo ganó la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.