Fraccionada. Así se encuentra la izquierda ecuatoriana luego de la era correísta. Esta tendencia está dividida en cuatro corrientes, en medio de críticas de su apego al caudillismo e, incluso, en sus principios como la dictadura del proletariado, un presupuesto ideológico del marxismo.
La primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Viviana Bonilla, negó que exista un arreglo entre los legisladores afines al expresidente Rafael Correa y el excandidato presidencial, Guillermo Lasso (CREO).
El correísmo convocó a sus dirigentes en las 24 provincias y tres jurisdicciones del exterior en el cantón guayasense de Durán. Este viernes, 23 de febrero del 2018, sostuvieron una reunión que fue calificada como la primera nacional en el propósito de la conformación del movimiento que aglutinará a los seguidores del expresidente Rafael Correa.
El correísmo escogió el sur de Guayaquil para cerrar la campaña de la consulta popular y referendo que se efectuará este 4 de febrero del 2018.
La correlación de fuerzas legislativas quedó expuesta el martes, 16 de enero del 2018, luego del fallo del Tribunal Contencioso Electoral (TCE).
El bloque del movimiento Creo adelanta conversaciones con legisladores del correísmo, en la Asamblea Nacional.
Cuando el presidente saliente Rafael Correa dice que cierta clase media de Ecuador sufre el “síndrome de doña Florinda” se refiere a los pobres que tras ascender socialmente durante la bonanza económica que acompañó su gobierno ahora le han dado la espalda.
En el socialismo del siglo XXI, los gobiernos totalitarios controlan todos los poderes del Estado, a los cuales les han transformado en armas de persecución. Unas armas causan mayor destrucción que otras.
En el principio era el Verbo. Y el Verbo estaba en Dios. Y el Verbo era Dios”: así comienza la Biblia el relato de la creación del mundo. Antes, todo era caos y oscuridad.
¿Qué vamos a hacer cuando se acaben los dólares o no tengamos los dólares suficientes para funcionar? Puesto que con las exportaciones más bajas y préstamos de deuda externa que están llegando al límite, el Flujo Neto de divisas en el Ecuador es negativo (desde 2007), y esto tiene un límite.
El correísmo está ingresando en un callejón sin salida electoral. Ninguna de sus tres figuras más sobresalientes le asegura el triunfo en 2017. Tal como van las cosas, las disputas internas y la indefinición corroerán lentamente cualquier candidatura.
Para millones de ecuatorianos, que hace 10 años tenían entre 6 y 17 años, su vivencia directa de la democracia ha sido exclusivamente el correísmo, su moral conservadora y su falaz mensaje de que todo lo anterior fue corrupto, feo y malo. ¿Qué decidirá esta generación en las elecciones presidenciales de 2017 cuando pueda y deba votar?
El oficialismo ha celebrado en estos días el noveno aniversario del arribo a Carondelet del presidente Rafael Correa y del movimiento Alianza País.
Hace 9 años, Rafael Correa ofreció cinco revoluciones: constitucional, económica, educativa y de salud, anticorrupción e integración. Dos fundadores del movimiento analizan este período.
Esa fue la denuncia que hicieron directivos de organizaciones sociales del país, a un día del noveno aniversario del actual Gobierno. Dirigentes sociales hablan de cerca de 700 casos de criminilazión de la protesta en los nueve años del correísmo. La mañana de este jueves 14 de enero, en la sede de la Ecuarunari, en el centro norte de Quito, denunciaron las agresiones y la "persecución" de actores sociales.
Hay un completo desbarajuste en la política oficial. Para quienes suelen ver en toda decisión del Gobierno un acto calculado, lo que ha sucedido en los últimos tiempos debe parecerles un rompecabezas. En lugar de estrategia estamos presenciando un auténtico descontrol. Mejor dicho, un fraccionamiento de la realidad.
Este proceso que implementó el correísmo hace un año, para que la reelección presidencial fuera vitalicia, y que aceleradamente logró obtener dictamen favorable de la Corte Constitucional, como que hubiere sido necesario, o mejor aún, para que se la considerara sacramentada como la primera de las 16 enmiendas, inició su camino en violación directa del numeral 2 del art. 144. Este incluye pocas palabras: “La Presidenta o Presidente de la República permanecerá cuatro años en sus funciones y podrá ser reelecto por una sola vez”, porque no solamente ya excedió los ocho años en el poder, sino que cubrirá casi tres veces este mandato, porque al 2017 cumplirá el largo y privilegiado tiempo de 11 años y medio.
La noción difundida a escala nacional fue que, a través de las enmiendas, se abriría el camino seguro por el cual transitaría la reelección presidencial inmediata y para tiempo indefinido, en beneficio del correísmo. Este objetivo se encontraba oculto en la propuesta legislativa, respaldada abiertamente por una resolución de la Corte Constitucional.
El campo internacional se ha convertido en el talón de Aquiles del régimen correísta. Hay asuntos sobre los cuales ni la más desbocada publicidad tiene posibilidades de incidencia. Menos aún si esta se basa en fórmulas rudimentarias, tal como ocurre con la comunicación oficial. La manipulación mediática a través de mensajes viscerales y primarios puede surtir –todavía– algún efecto a nivel local; pero difícilmente sirve para un público externo.
Se trata de una posición política a la cual está llegando aceleradamente el correísmo, como consecuencia directa de su ejercicio, cercano a los nueve años, y de haberse convertido en poder absoluto. Aquel desconocido y por eso debutante en política, ubicó a la partidocracia como la principal causa de la inestabilidad. En paralelo, habló de la existencia de una prensa corrupta, proclama inédita hasta el 2006, año de su campaña electoral; pero nunca explicó cuáles eran las características que tenía esa gratuita afirmación que denigraba a la prensa libre.