Hago referencia a la publicación de EL COMERCIO, del sábado 2 del presente, en la cual se reseña ampliamente el comportamiento del señor contralor general del Estado, Carlos Pólit.
Habiendo sido uno de los participantes para la selección y designación de Contralor General, por parte del Consejo de Participación Ciudadano (y con pleno conocimiento de que sería excluido), participe sin esperanza de nada. Más de 33 postulantes fuimos eliminados de entrada. Todo estaba amarrado a favor del señor Pólit, entre el Ejecutivo y el Consejo de Participación Ciudadana. Fue el único superdotado con una calificación del 100%. De vez en vez hace público sus denodados esfuerzos para combatir la corrupción, presentando miles de millones de dólares glosados y que han pasado a la Fiscalía General, donde duermen y dormirán por varios anos el sueño de los justos. Pero es tan notoria esta dedicatoria de glosas: solo a funcionarios de segunda. Fue y es uno de los altos funcionarios y la primera institución fiscalizadora del estado, que también se encuentra en manos del Poder Ejecutivo, Habría que preguntarle al Contralor General: qué ha hecho sobre todas las denuncias gordas presentadas: Petroecuador, caso Duzac, contratos supermillonarios en carreteras sin licitación, similar en contratación de planta refinadoras de petróleo, generadoras de energía eléctrica etc., que de oficio debía haber conocido.
¿Control electoral? Una burla al país, se dio el lujo de dar desde número telefónico para denuncias de uso y abuso de bienes públicos en la campaña electoral y ¿qué ha pasado? Nada de nada… ninguna denuncia tramitada… nada contra el uso y abuso del candidato Presidente en Loja, reconocido por el propio candidato, quien debe sentir miedo a perder o por lo menos temor a un secuestro exprés? Cuántos recorridos realizados en otras provincias y con el mismo sistema de uso de helicópteros, automóviles, camionetas y más que nada obligación a la burocracia para que asista a las manifestaciones de respaldo. Qué desigualdad con el resto de candidatos.