En Quito, el 70% de edificaciones son informales, el 80% de ellas podría sufrir daños y el 45% podría colapsar si hay un sismo de alta intensidad, según el Colegio de Arquitectos de Pichincha. Muchas son doblemente vulnerables por estar en zona de riesgo.
El grado de destrucción del terremoto en las costas de Manabí y Esmeraldas deja abierta una interrogante. ¿Hasta qué punto la construcción de las viviendas y edificios de estas zonas seguían las normas técnicas establecidas?