La hamburguesa tiene queso, lechuga y huevo. Junto al plato está un espumante vaso de gaseosa negra y en otro recipiente hay alargadas papas fritas crujientes.
Un grupo de científicos australianos vinculó la pérdida de memoria a la ingesta de comida basura tras realizar un experimento con ratones a los que sometieron a una dieta de azúcar y grasas, informaron hoy medios locales.
La obesidad es una de las condiciones que más pone en riesgo la salud de los latinoamericanos, dijo a ANSA el médico estadounidense Noel Solomons, director científico de uno de los principales centros de nutrición regional. “La obesidad no es una enfermedad sino una condición y como condición es uno de los principales problemas de Latinoamérica, y eso se debe en parte a que la mayoría de gente de la región vive en áreas urbanas hoy en día” , explicó Solomons. Solomons es el cofundador y coordinador médico del Centro de Estudios en Sensoriopatías, Senectud, Invalidez y Alteraciones Metabólicas (Cessiam) , con sede en Guatemala, que lleva más de dos décadas dedicada al estudio de la nutrición en Centroamérica. Según el investigador, por cuenta de la obesidad se desarrollan una serie de enfermedades como algunos tipos de cáncer, hipertensión, derrame cerebral, diabetes tipo 2 y el llamado síndrome metabólico, que recoge un conjunto de patologías. Solomons sostiene que el hecho de que la p
A la lista de bebidas, barras de proteínas y suplementos vitamínicos, se suma ahora el lanzamiento de unas papitas fritas energizantes, recubiertas de cafeína y taurina. Un snack que según informaron los productores, está destinado a los jóvenes.
“Hace 50 años se tomaba una Coca-Cola por trimestre, ahora es todos los días y en grandes cantidades”, dijo a la AFP la nutricionista Barbara Moore, directora de la iniciativa para una vida saludable Shape Up America!, durante una conferencia en Washington sobre la obesidad.
La comida chatarra pronto sería difícil de comprar en escuelas públicas estadounidenses, dado que el Gobierno se prepara para emitir nuevas reglas que exigen que se vendan alimentos más saludables en sus cafeterías, una medida que la mayoría de los padres respalda, según un sondeo publicado hoy.