Una mina de corruptos escondida o a la luz pública abruma nuestro día a día. Repelidos por nuestra sensibilidad, por nuestra imaginación, están aquí: son un peso atroz para todos los que ‘sufrimos’ la inmensa suerte de ser sensibles a la pobreza de los más, la de no anhelar otra riqueza que la de una vida decente y un trabajo humano, intelectualmente enriquecedor; la incomparable estrella de que nos duelan todavía la injusticia y la mentira.
¿Quién,como candidato presidencial, expulsó de una rueda de prensa a un periodista? ¿Quién, como presidente, ha tildado a los medios de comunicación de enemigos del pueblo y a los reporteros de personas terribles, desagradables, falsas o se ha negado a responder una de sus preguntas calificándola de estúpida? No fue alguno de los mandatarios del socialismo del siglo XXI. Ese discurso descalificadores de Donald Trump.
Facebook tiene 15 años; Twitter 13; Whatsapp 10; llegaron y arrasaron. Son un antes y después en la comunicación.
El mundo está cambiando a una velocidad insospechada, y nuestro país también. Pero nuestras culturas, instituciones y liderazgos no van al mismo ritmo ni en la misma dirección.
Con la presencia de académicos, diplomáticos, amigos y familiares tuvo lugar la sesión solemne de incorporación a la Academia Ecuatoriana de la Lengua, correspondiente de la Real Española, del Doctor Gonzalo Ortiz Crespo, como Miembro de Número de tan insigne Institución.
1. ¿Qué le parece la negativa de la Asamblea de aprobar la ley urgente planteada por el Gobierno?
Ya en Santiago, pregunto por qué siguen protestando si Piñera aceptó renovar la Constitución. “Queremos mejores salarios, educación, jubilación, respeto...”, responden. Como todo el mundo, pienso, ¿pero quién les va a dar todo eso? Por la noche, en una alegre boda, me presentan a Pablo Azócar, autor de ‘Pinochet: epitafio de un tirano’. Muy a la chilena intercambiamos un par de bromas hasta que digo: “Si no les gusta Piñera, les podemos mandar a Correa, que anda sin trabajo”. Súbitamente se acaba el hueveo: “Siempre salen con Venezuela. No. Buscamos otra salida a este sistema perverso”.
La violencia que recientemente azotó al país impresionó a todos, tanto por su nivel de saña y destrucción como por no haber existido precedentes de tan sistemática virulencia. La sorpresa ciudadana pronto se convirtió en indignación y condena. Se exacerbaron los ánimos, se apasionaron los juicios y surgió el fantasma de la división y aún del separatismo. Los únicos que tuvieron plena conciencia de lo que hacían y para qué lo hacían fueron los agitadores que, planificadamente, buscaron crear el caos. Ni siquiera todos quienes participaron en las manifestaciones anticiparon lo que podía suceder y actuaron como masas malévolamente utilizadas por conocidos agitadores, con fines protervos.
En 2012 National Geographic publicó un reportaje sobre una corona de oro, que representa al sol. La joya fue encontrada en una tumba de Chordeleg, cerca de Shabalula (Sigsig) en 1852, actualmente provincia del Azuay. Junto a ella hallaron diversas joyas y placas labradas en oro. Pocas de las obras han sobrevivido al pillaje, pero, se salvó la corona. Expertos han determinado que la corona de Shabalula no es inca, como se había pensado, sino cañari. La inestimable joya fue regalada por García Moreno a la Reina Victoria de Inglaterra en 1862 como prueba de admiración al Reino Unido y según algunos afirman, con la esperanza de convertir al Ecuador en protectorado inglés.
La protesta pacífica no consigue nada, ni siquiera logra aparecer en las noticias, la protesta violenta, en cambio, obliga a los presidentes a renunciar, pedir perdón o someterse; por eso los activistas de cualquier causa apelan a la violencia; al menos así justifican sus acciones. El derecho a la protesta consagrado en la mayoría de legislaciones, se sobreentiende de la protesta pacífica porque no se puede reclamar derechos, violentando los derechos de los demás.
En estos tiempos de enfrentamientos callejeros, vale la pena recordar otras violencias cotidianas y estructurales. Como las que suceden en el sistema educativo. Los abusos sexuales son las más nefastas, sin embargo, no son los únicos. También están los castigos físicos…
Tenía un sombrero boliviano indígena (bombín) espléndido. Lo portaba como si fuera una extensión natural de su cabeza. La ex presidenta del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, María Eugenia Choque, usaba un atuendo indígena con el rigor de quien quiere mostrar sus orígenes. “Para nada, es totalmente mestiza. Toda su vida se vistió con ternos. El bombín y atuendo indígena se lo clavó cuando quiso congratularse con el MAS de Evo Morales.” Ante mi incredulidad, me mostraron fotos.
A esta hora quedan pocas dudas del ‘concierto’ de transnacionales titiriteras que generan el desconcierto en la región. Y de sus protervos planes. Toda la metodología de la protestas tiene vasos comunicantes que la delatan.
“Átame a tu brazo y no me dejes escapar. Mírame a los ojos para que los tuyos griten mi nombre y me reconozca de nuevo. Y hazme saber que el amanecer no amanece sin mi despertar... Si alguna vez olvido quien soy, por favor no lo olvides tú...”
Los miembros de la “Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador” habían permanecido varios días apoderados del centro de Quito. La revuelta se había iniciado a raíz de que el Gobierno advirtiera que, a partir del domingo 9 de enero del 2000, la moneda oficial del Ecuador sería el Dólar.
Difícilmente se puede calificar a las élites ecuatorianas más acertadamente que como lo hizo el Ministro de la Producción. Miopía es el mal que les aqueja. Cortedad de alcances o de miras. Miopía de los dirigentes gremiales que no ven más allá de la punta de la nariz, oponiéndose a cualquier sacrificio que coadyuve a salir del entrampamiento en que está la economía ecuatoriana, de la que también, a largo plazo, son víctimas los empresarios por ellos representados.
En pocos días cumplo una década como articulista en este querido Diario. Siento la necesidad y el deber de contarles qué me mueve a escribir un ensayo; es decir, la cocina detrás del guiso.
Al populismo no le interesan las instituciones. Al contrario, le estorban, entorpecen el ejercicio del poder del caudillo y su grupo, condicionan sus decisiones, someten sus proyectos y caprichos a la racionalidad de un sistema legal que protege los derechos y hace posible el ejercicio de las libertades. Por eso, uno de los resultados que deja ese atajo a la democracia y al Estado de Derecho que es el populismo, es la destrucción de las instituciones, y su transformación en una gran mascarada que encubre la voluntad de poder.
Lunes, 5 a.m. Mientras espero las noticias, reviso unas páginas de la Historia de Riquer y Valverde. Ellos dudan de la veracidad del conocido relato según el cual, cuando volvió a Salamanca después de sus cuatro años de cárcel, Fray Luis de León habría comenzado su lección con las palabras “Dicebamus heri” (“decíamos ayer”), como si nunca se hubiera ausentado ni hubiese sido condenado por la Inquisición como culpable del “delito” de haber traducido el Cantar de los Cantares. Es probable que los historiadores tengan razón, porque a su regreso, el famoso agustino ocupó una cátedra teológica y no la de Escrituras que antes había sido suya (Hist. Lit. Universal, IV, 378). Sin embargo, me gusta pensar en el maestro que empieza su lección como si la anterior hubiese sido dictada la víspera, aunque le separasen de ella cuatro años de aislamiento y de penurias. Me gusta pensarlo, porque tal es el comportamiento de quien tiene el corazón bueno, libre de odios y rencores, y sabe que tenerlo es m
Es conveniente poner nombre a un huracán legislativo como hacen los controles espaciales sobre los fenómenos que cada cierto tiempo arrasan con islas y poblaciones en el Caribe. Por eso, la denominación Huracán 404 fue apropiada para el proyecto de la Ley Orgánica para la Transparencia Fiscal, Optimización del Gasto Tributario, Fomento a la Creación de Empleo, Afianzamiento de los Sistemas Monetario y Financiero y Manejo Responsable de las Finanzas Públicas. Siempre hay que detonar alertas cuando con los títulos son una sábana con 404 artículos, 8 disposiciones generales, 25 disposiciones transitorias y cuatro derogatorias. El mastodonte, que incluía reformas tributarias y reformas al Código Monetario y al de Finanzas Públicas fue enviado con el carácter de “Económico Urgente”. La Constitución, sin embargo, en los artículos 137 y 140 dispone que solo debe contener una sola materia. En otras circunstancias y otras geografías suficiente motivo para que por unanimidad el parlamento airado