Mauricio Burbano A. La amenaza de un virus microscópico ha puesto en evidencia la fragilidad humana a pesar de los aires de grandeza de los poderes económicos y políticos imperantes. Requerimos una ética del cuidado que nos permita resistir y a la vez dejar el miedo y aislamiento para ir hacia la construcción común de un mundo mejor.
En esta pandemia he leído muchos artículos del tema y sin lugar a dudas un trabajo de José Luis Lupo (La Nación, abril 21, 2020, Argentina; Lupo es Gte. del Dpto. Cono Sur del BID) ha sido uno de los más reveladores en su abordaje. El concepto detrás de su artículo es que nos enfrentamos a un cambio de época y no a una época de cambios; siendo este juego de palabras una idea fuerza que resume acertadamente lo que hoy la humanidad está transitando.
Las apuestas se multiplican. ¿Luego de la pandemia qué mundo nos depara, qué cambios se avecinan? Unos hablan de que nada será como antes, otros exponen que seremos más solidarios y otros creen exactamente lo contrario. Hay tantas posturas como personas. Dejemos de apostar, la pregunta adecuada sería qué vamos a hacer nosotros ahora.
Hablar de liderazgo es referirse a la capacidad de un ser humano de orientar y guiar a un conglomerado social. Max Weber, cuyas tesis afianzaron el desarrollo de una nueva aproximación a la sociología política, clasifica a los líderes en autocráticos, participativos o democráticos, y liberales. El líder participativo/democrático, sin complejos ni temores, consulta con su pueblo pero no delega el derecho consubstancial que como tal (líder) tiene a adoptar la decisión final. Es el liderazgo más difícil de encontrar, demanda de capacidad y voluntad en asumir la responsabilidad de sus actos, ejercidos con reflexión y sabiduría, las cuales no las proporciona solo su formación letrada sino principalmente su sentido común.
Hace pocos días, el gobierno de China informó al Mundo que había decidido dejar de utilizar el Dólar en sus transacciones internacionales bursátiles y financieras; actividades en las cuales solo utilizaría el Yuan, la moneda china.
Desde un inicio, el obligatorio y prudente aislamiento provocado por el coronavirus supuso un riesgo adverso para el apaleado sector productivo nacional y para el empobrecido hogar de clase media y baja ecuatoriano.
El progreso se nutre del acierto y oportunidad de las decisiones y acciones, siendo la mejor la que genera acción inteligente vs. la inacción fruto del miedo.
El Informe de la Comisión de Derechos Humanos confiere un nuevo entendimiento de los derechos humanos, los cuales ya no son totales, son parciales. En este nuevo concepto no se incluyen a los ecuatorianos trabajadores, tampoco a los estudiantes que desean aprender y evitar convertirse a futuro en maleantes a sueldo, vendiéndose al mejor postor para defender cualquier ideología.
Desde 2004, cada 2 años, el Latin American Public Opinión Project (Lapop), de la Universidad de Vanderbilt lleva a cabo el Barómetro de las Américas, una encuesta sobre opinión pública y cultura política que incluye a la mayoría de los países ubicados en las Américas. La ultima encuesta en Ecuador se levantó entre enero y marzo de 2019. La muestra incluyó a 1533 entrevistas cara a cara en 51 cantones, con distribución urbano-rural, y con emparejamiento de frecuencias por grupos de edad y genero, lo que la hace muy certera.
Las acciones irreflexivas e impositivas del gobernante, prófugo en Bélgica, descalabraron programas y planes de salud que venían siendo implementados y ocasionaron desfases no superados hasta el momento. Se obligó a retirar a médicos experimentados, formadores de profesionales jóvenes, por edad avanzada (65 años) y se crearon vacantes que las llenaron con neófitos que no alcanzaban la talla de los reemplazados.
Dentro de la reciente reforma electoral aprobada por la Asamblea y ahora vetada por el Presidente, se hicieron interesantes modificaciones, tal vez una de las más importantes sea la de cambiar la fórmula de asignación de escaños en elecciones pluripersonales de D’Hondt (pronúnciese “Dond”) a Webster.
“Caspicara olvidó que la muerte es rígida/ y labró ese Cristo blando como una hoja en regazo de su madre./ Brillan las superficies encarnadas de este cuerpo./ Caspicara olvidó que la piel de los muertos/ se torna blanca y serosa”.
Asistí semanas atrás, a una charla de un alto funcionario del Gobierno, en la que compartió los entretelones de la negociación con los indígenas, del 13 de octubre; pude percibir que el Poder Ejecutivo, no se sentía con plenos poderes.
Diciembre nos inunda. Tiempo de celebración. Tiempo de regalos, abrazos, buenos deseos y reconocimientos. Tiempo en que aflora una sensibilidad remordida. Tiempo propicio para recuperar valores en familias y escuelas. Para concienciar sobre las brechas entre los seres humanos, tan próximos y tan distantes.
El desfinanciamiento del sistema de seguridad social ecuatoriano -IESS, Issfa e Isspol- es de lo más grave que tiene la economía. El daño irrogado a su estabilidad no tiene perdón. Al Fondo de Pensiones del IESS que está desfinanciado y a los servicios de salud, que en el caso ecuatoriano abarca a la familia de los afiliados, cuyos hijos menores reciben atención sin aportar un solo centavo. No solo que se restaron recursos, sino que se aumentaron irresponsablemente servicios sin el financiamiento indispensable, a nadie se le puede ocurrir incorporar un porcentaje elevado de usuarios sin el aporte para recibir los servicios.
Los millennians son el 30% del mercado mundial, el planeta se adaptó para satisfacer sus gustos digitales, pero hay un 70% que crece sin ellos, en especial el turismo de lujo, de hecho, en Ecuador solo los hoteles 4 y 5 estrellas tienen nuevas grandes inversiones y su ocupación supera el 65%. El segmento “Plata” o mayores de 65 años ya llega al 10% del mercado mundial y su crecimiento plantea nuevos negocios.
Está cerrando el año 2019 y algunos indicadores muestran cifras cercanas a cero. El crecimiento económico, según varias fuentes, será cercano a cero, el país habría atravesado un año de estancamiento económico. Una clara manifestación de ese proceso es la baja demanda, un alto subempleo y desempleo, factores que hacen difícil presiones inflacionarias. En ese contexto, la inflación también es cercana a cero, inclusive con varios meses donde la tasa fue negativa, es decir, se registraron algunos meses con deflación. Esto no quiere decir que es mejor una inflación alta, pues eso significaría un deterioro de la estabilidad macroeconómica. Lo correcto es mantener inflaciones bajas acompañadas de crecimientos económicos sostenidos y elevados. Esa es la única forma de generar progreso.
Ha finalizado 2019 y se han acumulado problemas para la economía, cuya solución en 2020 será muy laboriosa. La atención a los problemas de fondo no ha llegado; no se ha iniciado una estrategia para enfrentar el desempleo, el más grave actualmente; no se ha concebido un programa de recuperación de la actividad económica. Han disminuido la producción y el consumo y las tendencias van hacia un estancamiento o un decrecimiento del PIB.
Frente al complicado año que termina, que en octubre nos dejó ver las costuras del país, y con la expectativa de un 2020 que no pinta mucho mejor, con un gobierno débil, actores políticos más con la mira puesta en las elecciones del 2021 que en políticas beneficiosas para el país y una economía que sigue en crisis, es bastante desalentador analizar el 2019 e intentar proyecciones para el 2020, por lo que he decidido mejor hacer un balance literario.
“Corre, camarada, el viejo mundo está detrás de ti”. París, mayo 1968. Ese lugar, fecha y nostalgia. Celebración de la poesía. Revolución de la palabra. Eclosión social que marcó a una generación, pero no transformó el ominoso rostro de la tierra. Tentativa por fusionar política, filosofía, arte y erotismo. Exhibición, tras la malla del aire callejero, del amor individual y social. Trajinar impúdico de la magia y de la cotidianidad. Peripecia de un esteticismo fascinante al servicio de la utopía: vivir sin amarras, sin consumismo, sin estatus; subvertir el sistema que induce al vacío. Vivir combatiendo la sociedad obesa, sus seudovalores, sus métodos y sus objetivos: pervertir el amor y la libertad. Y sitiar a los simuladores que declaran cambiar la vida pero viven desde el oportunismo o la chifladura.