‘Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes” dice una popular frase erróneamente atribuida a Albert Einstein.
La extensa lista de aspirantes a ceñirse el próximo año la banda presidencial, confirma la regla de que el primer requisito para estrenarse como político en el Ecuador es no tener miedo a nada.
smantilla@elcomercio.org En un mundo cada vez más globalizado, en el cual el consumismo se ha convertido en uno de los “valores” más preponderantes en el comportamiento y en las relaciones entre los individuos, la Navidad no ha dejado de verse afectada. Incluso podríamos llegar a afirmar que, viendo lo que sucede no solo a nivel mundial sino en nuestro propio país, el día del año que mejor representa al consumismo es la Navidad.
Observando el trabajo de una araña que teje su tela para capturar moscas, advertimos que esa construcción circular cada vez es más amplia.
Probablemente, para disminuir la necesidad de endeudamiento del país – no para seguir malgastando- y evitar los ajustes económicos inherentes a un posible acuerdo con el FMI, se ha planteado una posibilidad de obtener liquidez, cediendo a la empresa privada la explotación de las empresas telefónica y eléctricas del Ecuador.
El 21 de diciembre, en el municipio de Tumaco fronterizo con Ecuador, fue abatido alias Guacho gracias al disparo de un francotirador, y luego su cuerpo inerte fue expuesto mediante una fotografía que mostraba el trofeo que necesitaban los presidentes de Colombia y Ecuador para remontar su baja de popularidad.
Las redes sociales fueron invadidas por lastimeros y furibundos artículos y memes contra el electo presidente del Brasil, acusándolo, con razón, de neofascista, homofóbico, racista, violento y otras tantas cosas más. Estaríamos al borde de un escenario apocalíptico en América Latina, no solo en lo político sino en lo ambiental debido a las medidas de Bolsonaro, a favor de las multinacionales en la Amazonia.
Introduje un acto entrañable de lecturas poéticas. Dispuesta a escuchar la síntesis suprema que la poesía supone, confesé y confieso que me es tan singularmente amada la poesía que alimenta mi vida, que creo intuir de qué forma un poema, especie de gracia que fuerza a las palabras a decir lo indecible, es inefable. Dejé el tema a los poetas y me dispuse a entrar un momento en la palabra que debemos al habla del Ecuador.
Chile propuso llevar a Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad y por la represión contra la población. Varios países latinoamericanos anunciaron su apoyo a la denuncia. El Parlamento Europeo se comprometió a colaborar en la investigación de los crímenes en la Corte de La Haya.
Lo que más llama la atención en las exhibiciones de danza folklórica es la gracia de sus ejecutantes. Y a veces también el colorido de los vestidos de los artistas. Pero lo que más debe valorarse es lo que de entrada no se ve: el esfuerzo de búsqueda, de investigación y rescate de la cultura del pueblo, que es la base del arte y la vida cotidiana.
Veintinueve años: empezábamos a sentir que pasó la juventud, vivida entre la ilusión de encontrar un porqué de la existencia y un sentido a nuestro afán, el don enorme de la literatura y el inmenso, de gozarla; los amores adolescentes y los juveniles que contribuyeron, sin que nos diésemos cuenta, a dotarnos de confianza en la existencia. Tuvimos el anhelo de paliar toda injusticia, junto a una dolorosa sensación de impotencia. Vivíamos urgidos por un tiempo que no podíamos perder… Pasaron el tiempo aprovechado y el tiempo perdido; en el recuerdo, las vivencias que nos dejaron libros, películas, maestros, y el resultado de decisiones como el matrimonio y la paternidad que rubricaron nuestra vida y no nos abandonarían. Todo, envuelto en íntima alegría, casi genética, inexplicable en apariencia. Ha habido y los hay aún, momentos de dolor, asumidos, sin embargo, como en íntimo gozo, en la certeza casi agustiniana que el santo expresaba así: ‘Dios es más interior a nosotros que nosotros mi
“En brazos de una doncella un infante se dormía”. En brazos de Madeleine Pinargote “un infante se dormía y en su lumbre parecía sol nacido de una estrella”. Apenas parida, recibió Madeleine a un mensajero de Herodes Rex. Le anunciaba la cancelación del cargo de jueza de Garantías Penales de Guayaquil, por orden de un tal doctor Gustavo Jalkh, quien cantaba “Gloria a Rafael en las alturas y paz a los jueces de mala voluntad”.
La situación por la que atraviesa Mataje preocupa sobremanera. La autoridad ha dicho que en este poblado fronterizo de Esmeraldas, que carece de agua potable y que cuenta apenas con una escuela unidocente, “había gran riesgo” de que se perpetren secuestros.
La Comisión Cívica Anticorrupción CCA ha sido llevada a las Cortes para ser juzgada por sus denuncias. Mientras tanto unos corruptos fugaron del país.
Estos y muchos otros más calificativos similares pueden usarse para describir el espectáculo de pseudo-justicia organizado el jueves último, en el que se condenó a prisión y al pago de multas a un grupo de ecuatorianos que durante toda su vida han sido ejemplos de ética, decencia y sometimiento a la ley.
El Consejo Nacional Electoral proclamó a Lenín Moreno como presidente electo. El candidato oficialista obtuvo el 51,16%. El líder de la oposición, el 48,84%.
A mediados del siglo XX y cuando el mundo empezaba a salir del trauma de la guerra mundial, el concepto de humanismo había entrado en crisis. Un creciente malestar de la cultura (aquella “decadencia de Occidente” de la que habló Spengler, aquel lamentable “olvido del ser” al que se refirió Husserl) se hizo evidente luego del aparatoso fracaso de una civilización que, desde el Renacimiento, había cimentado su razón de ser en la búsqueda desinteresada de la verdad, el respeto a los valores espirituales que colocaban al hombre en el centro de su cosmovisión. La joven generación europea de entonces (pichones de filósofos, literatos en ciernes, sorbonícolas de la “gauche”) se preguntaba ¿acaso no resulta anacrónico hablar de humanismo en una época de desprecio de lo humano?, ¿cómo sustentar la fe en el hombre luego de la experiencia del holocausto, el olvido de la compasión, el auge de la industria bélica? ¿Acaso, después de Auschwitz y de Hiroshima, ya no era posible creer en la bondad del
El Colegio de Economistas de Pichincha envió una misiva a los candidatos, poniendo su peso institucional a un diagnóstico de la situación económica y proponiendo salidas. La firman dos economistas de amplia trayectoria: Robalino Gonzaga y Luna Osorio.
El año que arranca, quiéranlo o no, marcará un punto de inflexión. Terminarán diez años caracterizados por un estilo de refriega permanente, agresivo, disociador. Un período en el que la propaganda oficial pretendió convencernos del inicio de una nueva época para terminar confirmando que no eran sino más de lo mismo, y con peores limitaciones o mañas de los que decían combatir. Una década en que todo estuvo a disposición para construir y perennizar un modelo político con pretensiones de absorber todo cuanto estuviese a su alcance. Casi lo logran ayudados por una bonanza exógena que ocultó su ineficiencia e incapacidad para imprimir un nuevo rumbo, que apenas los tiempos de abundancia se agotaron las lacras se evidenciaron en toda su magnitud. Será una vuelta al inicio, con algo más de infraestructura, precaria herencia de una gestión mal dirigida, que en todo caso tornaba imposible que recursos cercanos a los USD 300 mil millones que administraron, no dejasen alguna obra física. Pero l
Al margen de los candidatos presidenciales, en el caso de una segunda vuelta, los parlamentarios electos estarán cómodamente esperado a ser llamados para conversar con el presidente electo, su equipo, y los legisladores afines al próximo gobierno. Sin embargo, el menú en este interregno, puede ser válido para pre configurar acuerdos o compromisos políticos hasta la proclamación final. Dialogar y proyectar escenarios donde prevalezcan temas comunes como qué hacer con la ola de corrupción que amenaza con desbordarse e inundar al país; programar la administración de la reactivación económica y la inserción del Ecuador al mundo globalizado del cual se ha marginado. Si estas conversaciones o negociaciones son públicas, concretas – es decir no retóricas-pueden dar lugar a bloques legislativos de gran valor estratégico para asegurar la gobernabilidad y recoger ordenadamente los escombros que recibirán.